Las quejas de los salvadoreños por la ola de calor que vivimos se escuchan por todos lados. Las últimas tres semanas hemos tenido temperaturas mucho más elevadas que las que estamos acostumbrados y mucho menos lluvias que lo habitual para esta época del año. Eso ha traido consigo también una preocupación sobre las consecuencias que esto traerá sobre los cultivos y el abastecimiento de agua.

El ministro de Medio Ambiente explicaba ayer que estamos en la transición hacia el fenómeno de El Niño, lo que significa que el régimen de lluvia disminuye considerablemente. Además, señalaba que hemos tenido temperaturas de hasta 42 grados Celsius. Demasiado.

Algunas gremiales agrícolas ya están hablando de pérdidas de cultivos y es que si hubo siembra, la falta de lluvias seca las plantas si es que llegan a crecer. Algunas veces ni las semillas germinan por falta de agua. Evidentemente esto trae pérdidas económicas importantes al sector y como consecuencia puede traernos inseguridad alimentaria o mayores precios de los alimentos básicos.

Habrá que ver también las consecuencias hacia la salud de los salvadoreños. Las temperaturas extremas pueden tener consecuencias sobre la salud de la población, como dermatitis, edemas, quemaduras, insolación, calambres, síncope por calor, etc. y en algunos casos consecuencias más graves como el agotamiento por calor o el golpe de calor que puede llegar a ser mortal o dejar importantes secuelas.

De manera que será un año difícil, complicado para el clima y como consecuencia, para todo el ambiente, incluyendo el agro, la vida humana y la vida animal.