Olga Sánchez Martínez, fundadora y responsable del albergue Jesús El Buen Pastor, ubicado en la zona fronteriza sur de México, informó que anteriormente recibían un aproximado de 300 migrantes, pero en la actualidad atienden a casi 1,400 indocumentados entre mujeres, niños y hombres que buscan un lugar donde refugiarse y ser atendidos en su rumbo migratorio.
"El albergue está para ayudar, pero también requerimos del apoyo de mucha gente o de instituciones, más ahora que el gasto para proporcionar alimentación, hospedaje y atención médica se ha multiplicado con la llegada de cientos de migrantes", dijo Olga Martínez a Diario Del Sur, sobre las carencias a las que se ven obligadas ante la gran demanda de migrantes.
La propietaria de este albergue explicó que la intención siempre es apoyar a todas las personas que solicitan ayuda, especialmente a los núcleos familiares que van completos, pero ante el incremento de los migrantes, muchas veces tienen que negar sus servicios y ayuda, porque los recursos son limitados y ya no alcanzan.
Diferentes propietarios de albergues de la zona fronteriza explicaron que la mayoría de migrantes que son albergados en sus instalaciones provienen de El Salvador, Venezuela, Honduras, y en menor grado de Ecuador.
Los albergues piden a las autoridades del gobierno federal y estatal que brinden más apoyo, porque la demanda de migrantes no disminuye, sino que aumenta, lo cual genera una crisis de hacinamiento y carencias en los recintos de la frontera sur con Guatemala.