El presidente electo de Guatemala, el socialdemócrata Bernardo Arévalo, denuncia que su partido Semilla es víctima de una persecución judicial después de que la fiscalía pidiera suspender el movimiento por supuestas anomalías en su inscripción en 2017.
El Tribunal Supremo Electoral de Guatemala (TSE) levantó la inhabilitación hasta el 31 de octubre pero la situación sigue siendo muy tensa.
Tanto que Almagro estima que el proceso de transición entre el gobierno saliente del presidente derechista Alejandro Giammattei y Arévalo se encuentra "bajo amenaza", como dijo este lunes al presentar a los países miembros de la OEA su informe sobre su misión en Guatemala.
"No es de recibo que el presidente electo asuma sin partido" porque afectaría "a la decisión soberana del pueblo" que no solo eligió a Arévalo "sino también a congresistas de Semilla", explicó durante una reunión del Consejo Permanente, el órgano ejecutivo de la OEA en Washington.
Este proceso "tiene sus amenazas" y una de ellas es la fiscalía, afirmó el secretario general, quien visitó dos veces el país en septiembre.
Cortesía
"Negatividad"
"Las denuncias expresadas por el ministerio público son sin claridad y sin tipificación legal, son claramente persecutorias de un partido político", denunció, y recordó que Semilla no tuvo problemas hasta que Arévalo se presentó a las elecciones."La habilitación o inhabilitación de un partido político no puede provenir de un juez" y "no podemos permitir que una fiscalía sin competencias en temas electorales (...) rompa nada y menos rompa la institucionalidad y la Constitución del país", afirmó contundente.
En su opinión la fiscalía y el juzgado penal "pretenden suplantar al Tribunal Supremo Electoral", lo cual "está directamente afectando o afectaría la Constitución".
Almagro no guarda un buen recuerdo de su reunión privada con el ministerio público, durante la cual fue grabado. "Las presentaciones fueron muy ilustrativas", en muchos casos "impregnadas de una negatividad con potencial" de afectar al proceso de transición.
Explicó a los representantes de los países de la OEA que la fiscalía se quejó de que la OEA le acusara de intimidación al estimar que la investigación del partido es una garantía.
"El problema no es ese, sino el uso de la herramienta", comentó Almagro. Además en el encuentro la fiscalía presentó "un dato falso" al señalar que Semilla es reacio a que se le investigue y que la OEA también. Es "falso", protestó.
Bernardo Arévalo y Alejandro Giammattei / Cortesía gobierno de Guatemala.
"Canales abiertos"
Almagro pide que "nada ni nadie empañe este proceso de transición, que el mismo se lleve en paz y en calma como las manifestaciones" en varias ciudades de Guatemala que exigen la dimisión de un juez y de tres fiscales, entre ellos la fiscal general Consuelo Porras.Para él lo esencial es continuar el proceso de transición para la investidura de Arévalo en enero de 2024, sobre todo porque este último decidió suspenderlo en protesta contra la embestida judicial a su partido.
"La gobernabilidad tiene que ser asegurada", defendió, y hay que mantener "canales abiertos" entre Giammattei y Arévalo y dialogar en un país que se enfrenta a problemas estructurales como el narcotráfico o el crimen organizado.
Almagro sugiere no obstante un cambio "de metodología" para que las reuniones sean "entre las partes" y "no en una continuidad de eventos públicos".
El Congreso también "tiene un papel esencial" -consideró Almagro- y debe seguir los pasos de Giammattei, a quien elogió por haber reconocido "la voluntad popular".
Durante la sesión intervino de forma remota el canciller guatemalteco Mario Búcaro, quien discrepó con la decisión de Arévalo de suspender el proceso de transición, aunque la "respeta", y pidió a los países que se abstengan de hacer declaraciones que puedan afectar al traspaso de mando.