Apegado a su lucha contra la migración el gobernador de Texas, Greg Abbott, mantiene de manera contundente sus estrategias para persuadir cualquier intento de cruces ilegales por parte de migrantes en la frontera sur con México.

Recientemente Abbott detalló que el alambrado que ordenó instalar en la ribera del río Grande se extiende por 160 kilómetros, pero el total de la frontera estadounidense con México supera los 3,000 km y dos tercios de esos límites corresponden a Texas.

El gobernador afirma que, gracias a que militarizó diferentes puntos de la frontera sur con México, los cruces ilegales de migrantes por esa zona son mínimos. Además, de destacar una mayor seguridad en el Estado.

Esta situación también a transcurrido paralela a controvertidas medidas y políticas de cara a las elecciones presidenciales de EEUU, con la que Abbott expresa su apoyo al candidato republicano Donald Trump, quien públicamente ha expresado su intención de crear políticas de expulsión de migrantes ilegales, así como de un mayor control en la frontera. Mientras que por otra parte está la perspectiva del actual presidente, Joe Biden, quien busca la reelección y rechaza las políticas migratorias de Texas.

Militares de Texas patrullan el río Grande en la frontera con México.
Militares de Texas patrullan el río Grande en la frontera con México.


La administración de Biden en diferentes oportunidades a señalado públicamente las acciones de Abbott por limitar de manera violenta la circulación de personas en la frontera, así como de adueñarse de espacios fronterizos que antes eran administrados por autoridades de la Patrulla Fronteriza y que ahora son custodiados por la Guardia Nacional de Texas.