Después de 33 años investigadores del Departamento de Policía del Condado de Fairfax, en Virginia, retomarán el proceso legal contra José Lázaro Cruz, el salvadoreño que asesinó a su esposa el 30 de abril de 1991, cuando tenía 24 años.

Cruz se mantuvo prófugo en El Salvador por más de tres décadas, luego que, según las investigaciones policiales, establecieran que regresó a El Salvador el mismo año en el que apuñaló a su esposa, Ana Jurado, con el objetivo de escapar de las autoridades estadounidenses y evadir la orden de captura en su contra por el delito de “homicidio agravado”.

El salvadoreño asesinó con un arma blanca a su esposa tras una presunta discusión entre ambos por temas de divorcio. El 10 de mayo de 1991 las autoridades de Fairfax obtuvieron una orden de captura en contra Cruz, pero al realizar la búsqueda del acusado los investigadores corroboraron que había retornado a El Salvador.

El departamento de policía de Fairfax detalló que en 1999 investigadores y detectives viajaron a El Salvador para continuar con la búsqueda de Cruz, pero no fue localizado, únicamente recogieron información y datos que establecían un posible paradero.

El salvadoreño fue capturado en 2022 por agentes policiales de Costa Rica, luego de que intentara ingresar a dicho país al asegurar que se trataba de un presunto viaje de visita familiar. Cruz intentó cruzar a Costa Rica proveniente de Nicaragua, pero fue detenido e identificado como fugitivo de la justicia.

Tras ser notificado el departamento policial de Fairfax sobre la captura de Cruz, continuó con el proceso legal para enjuiciar y condenar al salvadoreño por el asesinato de su esposa.

La Oficina de Asuntos Internacionales del Departamento de Justicia de los Estados Unidos detalló que a través de constante comunicación e intercambio de información con autoridades de Costa Rica lograron que el 18 de enero de 2024 Cruz fuera extraditado hacia EEUU para dar continuidad al caso por homicidio.

La policía de Fairfax también cree que durante los años que Cruz se mantuvo prófugo en El Salvador llegó a formar una nueva familia, tuvo más hijos y consiguió nuevos empleos, pasando desapercibido por el crimen que cometió.