“Embajada Migrante” era un albergue ubicado al norte de México, cerca del muro fronterizo con Estados Unidos, el cual cerró sus puertas hace dos semanas por el hostigamiento que recibían de grupos criminales de la zona y de parte de la policía municipal de Tijuana, quienes de una u otra manera buscaban aprovecharse de la vulnerabilidad de los indocumentados.

Diferentes organizaciones humanitarias y de ayuda a los migrantes denunciaron que por las noches los pandilleros de la zona ingresaban al refugio para extorsionar a los indocumentados, les exigían cifras aproximadamente de hasta $200 para permanecer dentro del albergue y no sufrir acosos o cualquier tipo de violencia.

“Ha habido casos en que los golpean severamente, hay casos que se van porque solo quieren preservar la vida. Han sido víctimas de extorsión, de derechos humanos; ya sobrevivieron a la deportación y para ellos es buscar alternativas, dentro o fuera del albergue”, dijo el activista pro migrante, Hugo Castro, según declaraciones que recoge el Diario La Opinión.

Las organizaciones y el personal del albergue también lamentaron que la zona fronteriza cerca del muro con EEUU es un punto recurrente donde la delincuencia acecha a los migrantes, y reclamaron que no exista un verdadero apoyo por parte de la policía para controlar esta situación delictiva en la zona.