"La aplicación extraterritorial de las leyes de seguridad nacional de Hong Kong es una forma de represión transnacional que amenaza la soberanía estadounidense y los Derechos Humanos y las libertades fundamentales de las personas de todo el mundo", reza un comunicado del Departamento de Estado.
Washington considera que "estas acciones demuestran el desprecio de las autoridades de Hong Kong por las normas internacionales y por los derechos a la libertad de expresión y de reunión pacífica", razón por la que instó al Gobierno hongkonés a "dejar de utilizar sus leyes de seguridad nacional para silenciar a la disidencia".
En este sentido, ha "rechazado los esfuerzos del Gobierno de Hong Kong por intimidar y silenciar a las personas que deciden establecerse en Estados Unidos". "No vacilamos en nuestra defensa de quienes son objeto de persecución simplemente por ejercer su derecho a la libertad de expresión", remarcó.