Así se refleja esta preocupación en los más recientes informes de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), en el que en particular sobre el Triángulo Norte de Centroamérica, detallan que en 2019 unas 720,000 personas fueron forzosamente desplazadas desde y dentro de Guatemala, Honduras y El Salvador.
Marie-Helene Verney, jefa de relaciones externas de ACNUR en las Américas, le dijo a la cadena Telemundo que “América Latina esta experimentado una situación de desplazamiento forzado de dimensiones sin precedente en la historia moderna de la región” y que “estos desplazamientos forzosos, que continúan, implican unos retos enormes para la región y particularmente para los países y comunidades de acogida”.
Reconoce que las causas varían y que “lo que lleva a un salvadoreño a huir de su país puede ser muy distinto a lo que obliga a un venezolano a dejar el suyo” y que de acuerdo con sunexperiencia “es importante que, ante la violencia, la inseguridad y el miedo al que se enfrentan quienes huyen de su país, persistan la solidaridad y el apoyo mostrado por las comunidades y los países de acogida”.
El Salvador en rojo
Hace una semana la Alta Comisionada Adjunta de las Naciones Unidas para los Refugiados, Kelly T. Clements, visitó El Salvador, para conocer la apremiante situación de desplazamiento forzado que ha obligado a miles de personas a huir de sus hogares, tanto dentro del país como hacia otros países
“Los jóvenes, las mujeres y las personas LGBTI son particularmente vulnerables”, reconoció Clements tras reunirse con comunidades y escuchar el testimonio de víctimas que huyen de la violencia dentro de El Salvador.
