Eyvin Hernández es un abogado salvadoreño nacionalizado estadounidense que el 31 de marzo pasado fue detenido por fuerzas de seguridad venezolana cerca de la frontera entre Colombia y Venezuela, bajo presuntos cargos de “asociación criminal” y “conspiración”, según relató su familia al diario británico The Guardian.

Ahora su familia lucha contrarreloj para conseguir su libertad y ruega al gobierno de Estados Unidos lo declara como “detenido injustamente” y pueda el gobierno brindarle asistencia a través de un enviado especial para asuntos de rehenes

Hernández, de 44 años, es un abogado defensor público en la ciudad de Los Ángeles, lugar que ha sido su hogar desde los 3 años de edad, cuando fue obligado a huir de El Salvador en medio de los primeros años de la guerra civil.

El día que desapareció Hernández estaba de vacaciones en Colombia y acompañaba a un amigo venezolano a la frontera cuando fue arrestado cerca de la ciudad colombiana de Cúcuta y luego llevado a un centro de detención de contrainteligencia militar en Caracas, según su familia, quien dice que no tenía intención de ingresar a Venezuela al momento de su arresto.


“Le ruego al gobierno de Estados Unidos que haga algo por mi hijo”, suplica Ana Sandoval, la madre de Hernández. “Toda mi familia y yo estamos devastados. Mi hijo es un hombre honesto. No ha cometido ningún delito”, dice entre lágrimas al rotativo británico.

Henry Martínez, hermano de Eyvin, dice que en marzo no comprendía que había pasado, había desaparecido sin dejar rastro, incluso pidieron a la policía de Colombia visitaran la casa que habían rentado para las vacaciones y ahí encontraron todas sus pertenencias.

No fue hasta cumplirse 50 días de sus desaparición que Hernández logró comunicarse con su hermano para contarle lo que pasaba, antes solo habían recibido algunos mensajes de un defensor público de Venezuela.

De El Salvador a defender desvalidos en EEUU

Según relatos se su familia Eyvin Hernández tras migrar de El Salvador creció en un barrio de clase trabajadora en el sur de Los Ángele, su madre trabajaba limpiando casas y como niñera; su padre como proveedor.

Después de culminar la secundaria fue aceptado en la Universidad de California, donde obtuvo una licenciatura en física y matemáticas antes de graduarse de la facultad de derecho de la UCLA en 2005, fue entonces que decidió convertirse en defensor de comunidades desprotegidas.

“Siempre lo ha guiado un fuerte sentido de la justicia y el interés de representar a las poblaciones indigentes, inmigrantes y vulnerables. Un título en derecho nunca fue el camino hacia la riqueza o el estatus para él, siempre se trató de ser una voz para aquellos que no la tienen”, asegura Gladys Uribe, una estudiante de leyes que colabora con Hernández.


Como defensor público, Hernández ha representado a personas que luchan contra la falta de vivienda, enfermedades mentales y adicciones, y ha abogado por los adolescentes en el sistema juvenil, recuerda su colega Drew Havens. “Crecer en Los Ángeles en las décadas de 1980 y 1990 y ser testigo de las injusticias raciales y sociales y la brutalidad policial lo motivó a retribuir a su comunidad”.

Hasta ahora no está claro cómo y por qué lo detuvieron, pero funcionarios del Departamento de Estado de EEUUle dijeron a The Guardian que están al tanto del caso.

Algunos expertos en leyes internacionales temen que la detención tenga que ver estrategias políticas como monedas de intercambio entre Venezuela y EEUU. Su familia por eso implora del apoyo gubernamental para llevarlo de regreso con ellos.

La familia de Hernández está mucho más preocupada porque el defensor público que llevaba su caso en Venezuela ya no se comunica con ellos.