El astronauta salvadoreño-estadounidense Frank Rubio, partió la mañana de este miércoles junto a otros dos cosmonautas rusos hacia a la EEI, en un viaje que lo mantendrá a 354 kilómetros de distancia de la Tierra, espacio que también lo alejará de las pupusas y el café salvadoreños que tanto gusta disfrutar.

En diversas entrevistas que brindó cuando aún estaba en adiestramiento, Rubio dijo amar las pupusas y el café originario del país de sus padres, y que los extrañará durante los próximos seis meses en el espacio.

“Va ser difícil, me encantan las pupusas, me encanta la comida y el café, entonces todo eso lo voy a extrañar mucho”, dijo Rubio, en una entrevista con la cadena Telemundo.

Rubio también expresó su alegría por escribir su nombre en la historia moderna de la investigación espacial y convertirse en el primer salvadoreño en ir al espacio, y aceptó que “es un gran honor representar a una gente, a los salvadoreños, a los hispanos, y también a los americanos (estadounidenses)”.

La madre de Frank Rubio, Myrna Argueta, también compartió la alegría del histórico viaje que su hijo está realizando, y mencionó lo feliz que la hace saber que Rubio representa a El salvador, y el ejemplo que puede brindar para nuevas generaciones salvadoreñas.

“Yo deseo de todo corazón que muchos niños de acá de El Salvador puedan seguir los pasos de Frank. A mí me llena de mucho orgullo ser salvadoreña y que mi hijo diga que se siente orgulloso de representar a El Salvador”.

Rubio nació en Estados Unidos pero sus padres son salvadoreños, y cuando él era aún un bebé lo trajeron a El Salvador. Rubio vivió su infancia en La Unión, exactamente hasta que tenía 6 años, pero la guerra en el país lo obligó a regresar con sus padres hacia EEUU.