El gobernador de California, Gavin Newsom, y la alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, se han consolidado como las voces más visibles en la resistencia institucional contra el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, tras el despliegue de tropas federales en respuesta a manifestaciones contra redadas migratorias.
La tensión escaló con la llegada de 4,000 efectivos de la Guardia Nacional y 700 marines a Los Ángeles, lo que Newsom calificó como un “abuso de poder” sin precedentes en las últimas seis décadas. El presidente justificó su decisión señalando que la ciudad enfrenta “una invasión y ocupación por inmigrantes indocumentados y criminales”.
“El autoritarismo empieza atacando a los más vulnerables, pero no se detiene ahí”, advirtió Newsom este martes en una declaración que refuerza su papel como figura nacional del progresismo. El mandatario estatal ha denunciado la intromisión federal sin consentimiento local.
Gavin Newsom, considerado presidenciable para 2028, lidera desde California una agenda progresista centrada en salud, justicia, medioambiente y derechos de los inmigrantes. Su respaldo a medidas como indultos migratorios y atención médica estatal para indocumentados ha hecho del estado un bastión opositor a las políticas de Trump.
Por su parte, Karen Bass, alcaldesa de Los Ángeles desde 2022, también ha alzado su voz contra el despliegue militar. Reconocida por su trayectoria como activista comunitaria y excongresista, Bass enfrenta desafíos tras los recientes incendios que dejaron más de 30 muertos, pero su postura ante el uso de la fuerza militar ha sido vista como una oportunidad para reposicionar su liderazgo.
Newsom y Bass han coincidido en pedir protestas pacíficas y condenar los actos violentos.
“No le den a Trump lo que quiere”, pidió el gobernador, mientras ambos exigen la retirada inmediata de las tropas, cuya presencia ha tensado aún más las relaciones entre California y el Gobierno federal.
