El gobierno de Chile anunció este viernes que desistió de adquirir la casa del expresidente Salvador Allende para transformarla en museo, tras fuertes críticas de la oposición de derecha. Los cuestionamientos surgieron al revelarse que la vivienda pertenece a Maya Fernández, ministra de Defensa y nieta de Allende.



En un comunicado, el ministerio de Bienes Nacionales explicó que, debido a la estructura de copropiedad de los herederos del expresidente, “no es posible concretar la adquisición de la residencia del exmandatario”.

El inmueble, valorado en $900,000 según información del gobierno al medio Fast Check, formaba parte de un plan anunciado el pasado 31 de diciembre para adquirir también la casa del expresidente Patricio Aylwin, ambas con el objetivo de convertirlas en museos dedicados a sus legados.



“La vida y obra de los presidentes democráticos son parte del patrimonio del país y es rol del Estado conservar y difundir su legado”, destacó el gobierno en aquel momento.

Sin embargo, la oposición cuestionó la operación al considerarla poco transparente debido al vínculo directo de la ministra Fernández con el inmueble. El diputado opositor Gustavo Benavente afirmó: “Vamos a recurrir a la Contraloría para que se pronuncie sobre este opaco negocio y para que paralicen el proceso de compraventa mientras evalúan su legalidad”.

Previo al anuncio de desistimiento, la vocera de gobierno, Aisén Etcheverry, señaló que se estaban realizando “todos los análisis legales” para garantizar que la operación se llevara a cabo de forma correcta, considerando que involucraba a una funcionaria en activo.

Salvador Allende fue presidente de Chile entre 1970 y 1973, hasta el golpe de Estado liderado por Augusto Pinochet.

Según la Biblioteca del Congreso Nacional, las víctimas de violaciones a los derechos humanos durante la dictadura militar superan las 40,000 personas, entre torturados, desaparecidos y asesinados.