El presidente venezolano, Nicolás Maduro, asumió el viernes su tercer mandato consecutivo, que la oposición tachó de "golpe de Estado" en su reivindicación de la victoria de Edmundo González Urrutia.



Maduro, en el poder desde 2013, tomó juramento en el Parlamento bajo su control, como el resto de los poderes del Estado y las fuerzas militares, y a pesar de las denuncias de fraude y el aislamiento internacional.

"Juro" que "este nuevo período presidencial será el período de la paz, la prosperidad, la igualdad y la nueva democracia", prometió un enérgico Maduro, vestido de sobrio traje oscuro, ante el jefe del legislativo, el poderoso dirigente chavista, Jorge Rodríguez. ¡Lo juro por la historia, lo juro por mi vida, y así cumpliré!".

La investidura se produce un día después de una marcha opositora que terminó con la denuncia de un breve arresto de su líder María Corina Machado, que el gobierno negó y calificó de "invento". González Urrutia se encuentra en República Dominicana.



Maduro fue proclamado ganador por el Consejo Nacional Electoral (CNE) con 52% de los votos, sin que hasta el momento se haya publicado un escrutinio detallado, como exige la ley.

La oposición, por su parte, publicó en una web copias de actas electorales que dicen prueba su victoria con más del 70% del sufragio.

"Con la usurpación del poder por parte de Nicolás Maduro (...), apoyado por la fuerza bruta y desconociendo la soberanía popular expresada contundentemente el pasado 28 de julio, se ha consumado un golpe de Estado", dijo en un comunicado la principal coalición opositora, la Plataforma Unitaria.

"González Urrutia es quien debe ser juramentado", agregó, anunciando que ahora "comienza una nueva fase en la lucha por la democracia".

Machado, arrestada brevemente el jueves tras participar de una protesta contra la investidura de Maduro, informó que explicará desde la clandestinidad "lo que viene".

Cierre de frontera

En los alrededores del legislativo y el resto de los poderes públicos, en el centro de Caracas, el ya masivo aparato de seguridad fue reforzado, constató la AFP: calles bloqueadas, más retenes policiales, más militares en cada esquina, todos fuertemente armados. Los comercios están abiertos pero el tránsito es bajo.

Venezuela además ordenó hasta el lunes el cierre de su frontera terrestre y espacio aéreo con Colombia, tras conocer de una supuesta "conspiración internacional".

Las denuncias de planes para derrocar a Maduro son frecuentes, y Colombia y Estados Unidos normalmente los responsables.

Washington -que niega cualquier complot- ha expresado su reconocimiento a González Urrutia, que visitó la Casa Blanca esta semana. El próximo presidente, Donald Trump, se refirió a él el jueves como "presidente electo".

El dirigente opositor está en República Dominicana, última escala de una gira internacional que debía culminar en un vuelo privado a Caracas para intentar jurar por la presidencia.

No hay información de esa u otra estrategia. El gobierno advirtió que lo trataría como "invasor" si intenta ingresar sin autorización.

Reforma constitucional

En el poder desde 2013, ungido por el fallecido Hugo Chávez, Maduro ha gobernado con mano de hierro con apoyo de la Fuerza Armada. Ha sido tachado de "dictador" por sus detractores.

González Urrutia ha llamado a los uniformados a reconocerlo, pero la jerarquía ha jurado "lealtad absoluta" a Maduro.

"El sector militar es aún más crucial de lo que ya era antes de la elección para decidir si permanece el gobierno de Maduro o si se abre la posibilidad de una transición", explicó a la AFP Mariano de Alba, abogado especialista en relaciones internacionales.

En el próximo sexenio, Maduro propone una "gran reforma" a la Constitución, que sigue el camino de la aprobación de nuevas leyes que, según expertos, merman las libertades. Promete igualmente recuperación económica, tras pasar buena parte de sus 12 años en el poder en recesión, alta inflación y escasez.

Más de siete millones de venezolanos migraron huyendo de la crisis, según la ONU.

En el horizonte, no obstante, aparecen eventuales nuevas sanciones con la llegada de Trump, que en su primer gobierno impuso un embargo petrolero.