"Se intenta presentar lo que ocurrió en Siria como una derrota para Rusia. Les aseguro que no es así", declaró el presidente ruso durante su gran rueda de prensa anual.
"Fuimos a Siria hace diez años para evitar que se creara allí un enclave terrorista, como en Afganistán. En su conjunto, logramos nuestro objetivo", afirmó.
Rusia envió tropas a Siria en 2015 para ayudar a las fuerzas de Bashar al Asad a recuperar gran parte del territorio perdido desde el inicio de la guerra civil, que comenzó en 2011 con la brutal represión de manifestaciones prodemocracia.
El 8 de diciembre, el presidente Al Asad fue derrocado por una coalición rebelde liderada por los islamistas del grupo Hayat Tahrir al Sham (HTS), que había lanzado una ofensiva el 27 de noviembre desde el noroeste del país.
Este jueves, Putin aseguró que no lo ha visto desde que llegó a Rusia a principios de mes.
"Todavía no he visto al presidente Al Asad desde que llegó a Moscú pero tengo intención de hacerlo. Por supuesto que hablaré con él", declaró, respondiendo a un periodista estadounidense.