La 76 Asamblea Mundial de la Salud ha pedido que se realicen esfuerzos mundiales "adicionales y oportunos" para fortalecer la planificación y la prestación de servicios de atención de urgencia, críticos y quirúrgicos (ECO) "de calidad".

"Unos servicios de ECO sólidos son la base de los sistemas nacionales de salud y de la necesidad de poder responder eficazmente a situaciones de emergencia, incluidos todos los peligros", señalan.

Preocupada por el hecho de que la pandemia de Covid-19 haya puesto de manifiesto la existencia de lagunas generalizadas en la capacidad, la preparación y la prestación de servicios de ECO en todo el mundo, la Asamblea insta a los Estados Miembros a que, entre otras medidas, establezcan políticas nacionales de financiación sostenible, gobernanza eficaz y acceso universal a la atención ECO basada en las necesidades para todos; y promuevan enfoques más coherentes, integradores y accesibles para salvaguardar una atención ECO eficaz en catástrofes, entornos frágiles y zonas afectadas por conflictos.

PRÁCTICAS PARA PREVENIR LAS ENFERMEDADES NO TRANSMISIBLES

También se ha aprobado un acuerdo para realizar "mejores prácticas" para que los países consigan salvar vidas de enfermedades no transmisibles (ENT). Entre ellas se encuentran intervenciones preventivas, como el apoyo a las personas para que dejen de fumar, la promoción y el apoyo a la lactancia materna y las políticas para proteger a los niños de la comercialización de alimentos nocivos.

Las "mejores prácticas" actualizadas también incluyen el tratamiento del asma y las enfermedades pulmonares obstructivas crónicas y el diagnóstico precoz y tratamiento de cánceres como el de mama, el de cuello uterino, el colorrectal y el infantil. También integran la detección precoz y el tratamiento integral del cáncer para las personas que viven con el VIH.

Las intervenciones ayudarán a los países a acelerar la acción nacional para prevenir y controlar las ENT, acelerando el progreso hacia la consecución de la meta 3.4 de los ODS y allanando el camino para un mayor compromiso político en el período previo a la cuarta Reunión de Alto Nivel de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre la prevención y el control de las ENT en 2025.

Asimismo, los Estados Miembros también han aprobado una resolución para prorrogar hasta 2030 el Plan de Acción Mundial de la OMS para promover la salud de los refugiados y los migrantes.

El plan de acción mundial aborda diversos retos a los que se enfrentan refugiados y migrantes y esboza medidas específicas que deben ponerse en marcha, como: reorientar los sistemas sanitarios para incluir servicios, programas y políticas de salud integrados e inclusivos para refugiados y migrantes, dentro de los principios de la cobertura sanitaria universal; seguimiento de los resultados de las políticas, planes e intervenciones sanitarias para refugiados y migrantes, a fin de permitir la actualización y el rediseño de dichas actuaciones en los países; aumentar la capacidad de los sistemas sanitarios para atender las necesidades sanitarias específicas de refugiados y migrantes y prestar servicios sanitarios respetuosos con las necesidades culturales, religiosas y lingüísticas de las personas; e integrar la salud de refugiados y migrantes en iniciativas, asociaciones y foros sanitarios mundiales, regionales y nacionales.

La resolución enumera una serie de medidas que debe adoptar la Secretaría de la OMS, como convocar consultas informales al menos cada dos años con los Estados miembros para identificar y compartir los retos, las lecciones aprendidas y las mejores prácticas para la aplicación de las medidas del plan de acción mundial de la OMS; proporcionar asistencia técnica, elaborar directrices y promover el intercambio de conocimientos; así como la colaboración y la coordinación dentro de los Estados miembros y entre ellos.