La decisión de la muy conservadora Corte Suprema de Estados Unidos que puso fin este viernes a una sentencia que durante casi medio siglo garantizó el derecho de las mujeres al aborto, ha hecho resurgir las profundas divisiones políticas que afectan al país norteamericano.

En un país muy dividido es probable que la mitad de los estados, especialmente en el sur y el centro más conservadores y religiosos, podrían prohibir el aborto en un plazo más o menos corto, un derecho que nunca había sido aceptada por la derecha religiosa.

Como ejemplo, el estado de Misuri puso fin al aborto horas después de conocerse la decisión.

"Misuri acaba de convertirse en el primero en el país en poner fin de manera efectiva al aborto", dijo el fiscal general del estado, Eric Schmitt, en Twitter. "Este es un día monumental para la santidad de la vida", agregó.

Por su parte, California, Oregon y Washington lanzaron una iniciativa conjunta para defender el derecho al aborto, según anunció el gobernador californiano Gavin Newsom.

La decisión de la Corte Suprema hace retroceder a Estados Unidos a la situación vigente antes de la sentencia "Roe v. Wade" de 1973, cuando cada estado era libre de autorizarlas o no.

La sentencia publicada el viernes "es una de las más importantes en la historia de la Corte Suprema desde su creación en 1790", afirma el profesor de derecho sanitario Lawrence Gostin.

"Ya ocurrió en el pasado que cambie la jurisprudencia pero para establecer o restituir un derecho, nunca para suprimirlo", dijo a la AFP.

La sentencia de la Corte Suprema se basa en una ley de Misisipi que se contentaba con reducir el límite de tiempo legal para abortar. Desde la vista judicial de diciembre, varios jueces habían insinuado que tenían la intención de aprovechar la oportunidad para revisar la jurisprudencia de la Corte.

Los tres magistrados progresistas discreparon con la mayoría que, según ellos, "pone en peligro otros derechos a la privacidad, como la anticoncepción y los matrimonios entre homosexuales" y "socava la legitimidad de la Corte".


La decisión va en contra de la tendencia internacional de liberalizar el aborto, con avances en países donde la influencia de la iglesia católica sigue siendo fuerte, como Irlanda, Argentina, México y Colombia.

Llega después de 50 años de lucha de la derecha religiosa, para la que representa una enorme victoria pero no el final de la batalla: seguirán movilizándose para intentar que la mayor cantidad de estados lo prohíban e incluso en busca de una prohibición federal.

Una victoria para Trump

La decisión encaja con la política del expresidente republicano Donald Trump quien, durante su mandato, remodeló profundamente la Corte Suprema incorporando a tres magistrados conservadores (Neil Gorsuch, Brett Kavanaugh y Amy Coney Barrett) que apoyan la sentencia.

Según Trump, la anulación del derecho al aborto decidida por la Corte Suprema obedece a "la voluntad de Dios".

Preguntado por el canal Fox News sobre qué papel desempeñó él en la decisión, al haber inclinado claramente a la derecha el tribunal con el nombramiento de tres jueces conservadores, Trump contestó: "Es la voluntad de Dios". La decisión "sigue la Constitución", agregó.

Su vicepresidente Mike Pence la aplaudió diciendo que el derecho al aborto queda enterrado "en el olvido" y se "ha corregido un error histórico".



"Un día triste para EEUU"

El presidente estadounidense Joe Biden reaccionó diciendo que la anulación del derecho al aborto es un "día triste" para EEUU.

La salud y la vida de las mujeres de este país están ahora en peligro".
Joe Biden, presidente de EEUU

Biden aseguró que el Tribunal Supremo de Estados Unidos cometió un "error trágico" y que el fallo es resultado de una "ideología extremista". El presidente incluso llamó a defender el derecho al aborto y las "libertades personales" en las urnas, un guiño a los comicios legislativos de noviembre próximo.

Por su parte, el expresidente demócrata Barack Obama lo calificó por el contrario de ataque a las "libertades fundamentales".

"Hoy, la Corte Suprema no solo revirtió casi 50 años de precedentes, sino que relegó la decisión más intensamente personal que alguien puede tomar a los caprichos de políticos e ideólogos, atacando las libertades esenciales de millones de estadounidenses", escribió Omana.

Leyes "zombis"

Según el Instituto Guttmacher, un centro de investigación que hace campaña por el acceso a la anticoncepción y el aborto en todo el mundo, 13 estados tienen las llamadas leyes "zombis" que prohíben el aborto y han sido redactadas para entrar en vigor casi automáticamente si la Corte Suprema daba un giro.

El fiscal general de Misuri (centro), Eric Schmitt, anunció que se convertía en el "primero en el país en poner fin de manera efectiva al aborto". "Este es un día monumental para la santidad de la vida", afirmó.

Se prevé que una decena de otros estados sigan sus pasos con prohibiciones totales o parciales. Esas leyes prohíben el aborto con matices: por ejemplo, Idaho prevé excepciones en caso de violación o incesto; Kentucky solo en caso de peligro para la vida de la mujer embarazada; Luisiana contempla hasta diez años de prisión para los profesionales de la salud; Misuri hasta 15 años. En algunos estados, como Dakota del Sur, debían entrar en vigor "el día" de la decisión.

En otros, como Arkansas o Misisipi, el fiscal general primero tendrá que confirmar que la Corte ha cambiado el marco legal.

Finalmente, en los casos de Texas o Tennessee, ambos disponen de un plazo de 30 días entre la publicación de la sentencia y la entrada en vigor de la nueva prohibición.

Restricciones

Otros cuatro estados (Georgia, Iowa, Ohio y Carolina del Sur) tienen leyes que prohíben los abortos tan pronto como se percibe el latido del corazón del embrión, alrededor de las seis semanas de embarazo, cuando la mayoría de las mujeres aún no saben que están embarazadas.

Esas normas, bloqueadas por la justicia porque violaron el marco legal vigente hasta ahora, ya pueden entrar en vigor.

Los estados permitidos

Al menos 22 estados, principalmente de la costa oeste y del noreste, mantendrán el derecho al aborto, y algunos incluso han tomado medidas para ampliar el acceso a las interrupciones de embarazos, lo que incluye permitir que más profesionales de la salud las practiquen o un aumento de los fondos destinados a las clínicas.

Por lo tanto, en una parte del país, las mujeres que deseen abortar se verán obligadas a continuar con su embarazo, arreglárselas clandestinamente, por ejemplo comprando píldoras abortivas en internet, o a viajar a otros estados, donde los abortos sigan siendo legales.

En previsión de una afluencia, estos estados, en su mayoría demócratas, tomaron medidas para facilitar el acceso al aborto en su territorio y las clínicas comenzaron a aumentar su personal.

Pero viajar es costoso y el fallo de la Corte Suprema penalizará aún más a las mujeres pobres o que crían solas a sus hijos, muchas de ellas de las minorías negra e hispana, subrayan los defensores del derecho al aborto.

La principal organización de planificación familiar de Estados Unidos, Planned Parenthood, prometió que seguirá "luchando" por quienes lo necesitan.