La Policía de Buenos Aires se enfrentó con gases lacrimógenos y cañones de agua a cientos de simpatizantes de la vicepresidenta argentina, Cristina Fernández, en unos incidentes que dejaron por ahora un número no especificado de heridos y detenidos, según informan los medios argentinos.

Entre los policías heridos, se encuentra un comisario con un corte en la cabeza y varios oficiales con distintos traumatismos.

Los manifestantes empezaron a derribar las vallas que rodean su domicilio en Recoleta colocadas por la Policía para contener las manifestaciones a su favor tras la petición del fiscal Diego Luciani, que ha solicitado para ella 12 años de cárcel por varios presuntos delitos de corrupción.

Quieren prohibir las manifestaciones de amor y de apoyo pacíficas, que tienen lugar ante la ya inocultable persecución del partido judicial”. Cristina Fernández, vicepresidenta Argentina

Protesta.

Kirchner había protestado a través de un mensaje publicado en su página web la imposición de estas vallas, cuyo derribo fue confirmado por periodistas de ‘Clarín’ en el lugar de los hechos.

Para la vicepresidenta, las vallas ordenadas por Rodríguez Larreta quieren “prohibir las manifestaciones de amor y de apoyo absolutamente pacíficas y alegres, que tienen lugar ante la ya inocultable persecución del partido judicial” de la que la mandataria entiende que es objeto.

Tras los enfrentamientos, Cristina Fernández agradeció el apoyo de sus militantes y criticó la actuación de las autoridades locales.

El gobernador bonaerense, Axel Kicilof, cuestionó la decisión del gobierno de Larreta de vallar las inmediaciones del domicilio de Kirchner.

“El señor Larreta tiene que retirar de manera inmediata los vallados y dejar que la gente se manifieste”, dijo.

El fiscal considera a Fernández de Kirchner responsable de un supuesto entramado ilegal para defraudar al Estado mediante la concesión de obras públicas en Santa Cruz. El presidente argentino, Alberto Fernández, apoya a Kirchner.

El dato

Kirchner ha negado durante mucho tiempo haber actuado mal y calificó el caso de persecución política.