Aunque no se sabe la fecha exacta y existen muchas teorías sobre el origen de esta tradición, estiman que ya se realizaba en 1894, cuando ya se tenía por costumbre en España, presuntamente importada años atrás desde Francia.
Con el tiempo esta costumbre fue tomando mayor relevancia la noche del 31 de diciembre, apropiándose de un “simbolismo prospero” el cual las personas realizan en busca de tener un Año Nuevo lleno de éxitos y abundancia, y cuya inspiración se extendió por América y los países asiáticos.
La popular creencia a nivel mundial dice que comer 12 las uvas la noche vieja del 31 de diciembre representan los 12 meses del año, de los que las personas tienen que pedir un deseo al momento de comer cada uva, todo esto para tener mayores probabilidades de que esos deseos se puedan cumplir el próximo año.
Sobre la tradición también existe otra creencia, y es que se dice que las 12 uvas representan las 12 campanadas de la media noche, algo que quienes la practican realizan con el mismo fin de atraer prosperidad, abundancia y éxito para el Año Nuevo.
En la actualidad esta actividad es muy icónica en muchas sociedades alrededor del mundo, quienes se reúnen para comer las 12 uvas y crear momentos memorables en los recuerdos de cada integrante de un hogar con las miras a un mejor año lleno de éxitos y logros.