El terremoto de este miércoles por la mañana en Taiwán sorprendió a la familia Nieto mientras se preparaban para llevar a su hija Lía Romina a la escuela. Fue una experiencia que asustó mucho a esta familia salvadoreña que vive en el país asiático desde 2016.

"Mi familia y yo estamos bien gracias a Dios. Pero se sintió peor que el terremoto del 2001 en El Salvador", relató Liss Nieto a Diario El Mundo desde su apartamento en Taoyuan, al noroeste de Taiwán.

Liss relató que su esposo Luis Nieto -piloto comercial- estaba con su hija Lía, de tres años, en la cocina y ella se estaba cambiando para llevar a la niña a la escuela cuando vino el terremoto.

"En Taiwán suele temblar mucho y viviendo en un edificio no se puede evacuar porque no se pueden usar las escaleras ni el elevador cuando está temblando. Entonces estamos acostumbrados a solo sentir que está temblando, no es como en mi casa en El Salvador que temblaba y salimos de la casa", dice Nieto.

"De repente se empezó a caer todo, se escuchaba que se quebraban cosas por todos lados, se sentía que nos estaban empujando", relató.

Tras el terremoto de 7.4 en la escala de Richter, en la casa de los Nieto quedaron las gavetas abiertas y muchas cosas rotas y tiradas al piso, pero no pasó a más.

Liss compartió vídeos con Diario El Mundo en los que la familia están debajo de la mesa esperando pase una réplica.

Para su esposo Luis fue todavía una experiencia más fuerte porque nunca había vivido un terremoto, debido a su trabajo como piloto no había sufrido antes la experiencia.

"Lo vi asustado a él y a la niña, tratamos de llegar a la mesa del comedor, se escuchaba la casa como tronaba. Fue una experiencia que nos asustó mucho. Lo primero fue mantener la calma por ella, nos metimos bajo la mesa los cuatro, mi esposo, mi hija, mi perrito y yo", contó Liss.

La salvadoreña dice haber perdido la cuenta de cuántas réplicas van, "pero se sienten muy fuertes".

La familia Nieto vive en un séptimo piso en la ciudad de Taoyuan y ahí está situado el Aeropuerto Internacional de Taiwán, el más grande del país.

"Los edificios son muy seguros donde yo vivo, pero esperamos que ya no pase más", dijo Liss, quien también vivió la pandemia en la isla.