El restaurante es propiedad de Norma Arteaga, quien junto a su hermana Hazel preparan una variedad de platillos muy característicos de la cultura salvadoreña, siempre basándose en la autenticidad de cada receta.
El restaurante fue abierto al público en 2019, y desde entonces han logrado cautivar a una amplia clientela que conocen a través de la comida una pequeña parte de El Salvador.
Uno de los mayores atractivos del restaurante es la variedad de platillos que ofrecen a los clientes, los cuales abarcan comidas de mayor reconocimiento como las pupusas o los panes con pollo, pero también se prepara una gran variedad de sopas como la de pollo, res, pata, gallina y frijoles.
Los antojitos como los tamales, el atol “shuco” o los budines son otros platillos que cautivan la curiosidad y el paladar de los pobladores de Wichita, al descubrir nuevas combinaciones de sabores y acompañamientos.
San Salvador café se ha convertido en un embajador de la comida salvadoreña dentro de Kansas, y con el pasar del tiempo se ha formado de una clientela que experimenta la variedad de la gastronomía latinoamericana.