Desde el último trimestre de 2023 las autoridades de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos han reportado un incremento en los cruces de migrantes, con cifras que llegaron a superar los 6,000 cruces diarios entre Texas y México.

Ante esta crisis y aumento del flujo migrante el gobernador de Texas, Greg Abbott, siempre ha mostrado públicamente su indiferencia con la administración del presidente Joe Biden, a quien ha señalado en varias ocasiones de ser el responsable de la crisis humanitaria en la frontera.

“Estoy muy agradecido con la Guardia Nacional de Texas y con todos los demás miembros del departamento militar de Texas y el Departamento de Seguridad Pública de Texas, que están dando un paso al frente para asegurar la frontera en ausencia de Joe Biden haciendo cumplir las leyes de inmigración de Estados Unidos”, dijo Abbott, haciendo referencia a la falta de políticas migratorias del presidente demócrata.

Los diferentes equipos y elementos de seguridad del Estado de Texas han sido el “arma” principal del gobernador Abbott para tomar sus propias medidas y decisiones en busca contener los cruces de migrantes, las cuales han variado entre patrullajes, militarización y la colocación de alambradas de púas.

Biden ha cuestionado muchas veces las medidas antiinmigrantes que Texas ha implementado en la frontera, pero el gobernador Abbott siempre ha pasado por alto las indicaciones y ordenes que cortes estadounidenses sobre el retiro de dichas estrategias rigoristas.

Muchas cuidades de Texas son las que sufren los intensos flujos de migrantes que buscan ingresar ilegalmente, razón por la cual la administración del Estados considera a estas personas como un “riesgo para la seguridad pública” y busca repeler que ingresen por zonas desoladas o pasos no habilitados.