Ante hechos como cancelación de personalidad jurídica a organización jesuita y confiscación de sus bienes por parte del gobierno de Daniel Ortega en Nicaragua, el sacerdote jesuita de la Compañía de Jesús en El Salvador José María Tojeira
El jesuita de origen español José María Tojeira ha sido designado portavoz oficial de la Compañía de Jesús en lo tocante a la disolución de la congregación en Nicaragua. Quien fuera rector de la Universidad Centroamericana (UCA) de El Salvado, se muestra preocupado por la suerte de sus compañeros y de sus obras, según una entrevista brindada al medio Religión Digital (RD).
"La preocupación fundamental es la de la expulsión o incluso la detención. Dada la ausencia prácticamente total de estado de derecho en Nicaragua cualquier cosa puede esperarse", revela en la entrevista
Sin querer comparar la situación actual con la masacre de los jesuitas en El Salvador en 1989, en plena guerra civil, Tojeira es rotundo: "En Nicaragua se ha instalado un régimen de terror, de cárcel, confiscación de bienes, amenazas de diverso tipo, expulsiones del país mucho más duro del que existió en otros países. Ciertamente se ha matado menos pero el control del pensamiento libre y de la crítica, con sus mecanismos de destierro y encierro, ha sido mucho más opresivo para la conciencia de la gente", dice.
RD ¿Se esperaban que Ortega y Murillo llegaran a disolver la Compañía de Jesús en Nicaragua? ¿Qué supone esta decisión?
En primer lugar, una aclaración. La Compañía de Jesús tenía en Nicaragua diversas personas jurídicas. De momento el gobierno ha anulado dos, la relativa a la Universidad y otra llamada Asociación Compañía de Jesús, propietaria del inmueble en el que vivían los jesuitas que trabajaban en la Universidad y otro inmueble más utilizado como residencia de estudiantes con beca. También se usaba esa personería jurídica para enviar fondos para el mantenimiento de la enfermería para jesuitas ancianos que tenemos en Nicaragua. Fruto de eso hemos tenido que trasladar a los jesuitas ancianos (99, 91 y 85 años) a El Salvador. Siguen activas y con los jesuitas trabajando en las obras que representan, otras tres personas jurídicas. Dos colegios y Fe y Alegría permanecen pues activas y con los jesuitas trabajando en ellas.
RD: ¿Cómo están los jesuitas que viven en Nicaragua? ¿Preocupa su seguridad?
La preocupación fundamental de los jesuitas es la de la expulsión o incluso la detención. Dada la ausencia prácticamente total de estado de derecho en Nicaragua cualquier cosa puede esperarse. Pero los jesuitas continúan en sus puestos de trabajo en medio de las dificultades. De momento, a parte de los ancianos, hay un jesuita nicaragüense al que se le ha impedido regresar a Nicaragua (ex rector de la UCA), el actual rector de la UCA, también nicaragüense, ha salido del país, y un párroco jesuita, acosado y amenazado, también ha salido. Los demás, unos 11, continúan trabajando en las instituciones mencionadas.
RD. Cuando se conoció de la confiscación de la UCA, a muchos se les vino a la cabeza el drama de la UCA en El Salvador de 1989. ¿Le pasó lo mismo?
La situación de la UCA de El Salvador en 1989 fue diferente. Entonces se produjo una más de las muchas masacres protagonizadas por el ejército. En Nicaragua se disolvieron a tiros varias manifestaciones en 2018, pero después se ha instalado un régimen de terror, de cárcel, confiscación de bienes, amenazas de diverso tipo, expulsiones del país mucho más duro del que existió en otros países. Ciertamente se ha matado menos pero el control del pensamiento libre y de la crítica, con sus mecanismos de destierro y encierro, ha sido mucho más opresivo para la conciencia de la gente.
RD ¿Esperan una palabra del papa Francisco?
Con respecto al papa Francisco sabemos de su solidaridad con nosotros. Respecto a palabras públicas el Papa busca siempre que sus palabras no repercutan negativamente al interior de los países que mantienen una dura represión. Defendió muy claramente a Mons. Álvarez, pero entendemos que es complicado para él estar interviniendo públicamente en los conflictos, por las consecuencias que puedan tener para otros. A nosotros nos es suficiente con saber que nos apoya, aunque no lo diga en público.
