El general Romeo Vásquez, quien encabezó en 2009 el golpe de Estado en Honduras que derrocó al presidente izquierdista Manuel Zelaya, comparece este viernes ante la justicia junto a otros dos exjefes militares por la muerte de un manifestante en esa instancia.
Vásquez, quien era el jefe de las Fuerzas Armadas en ese año, ingresó por la mañana a un tribunal capitalino junto a otros dos generales retirados para una audiencia reservada, en la cual se debe resolver si sigue adelante el proceso en su contra o si son absueltos. Los tres están detenidos desde el domingo.
En esta "audiencia inicial" debe "decidirse si se dicta o no auto de formal procesamiento" contra ellos, explicó a la AFP el portavoz del Poder Judicial, Melvin Duarte.
Con "una mínima carga probatoria", el tribunal ordenará proseguir con el juicio a los militares, agregó el vocero, como "supuestos responsables de los delitos de homicidio y lesiones graves" a Isy Obed Murillo (muerto a los 19 años) y Alex Zavala, respectivamente, según la acusación de la Fiscalía.
Ambas víctimas participaban el 5 de julio del 2009 en una manifestación -reprimida por el ejército- contra el golpe cívico-militar que había sacado del poder una semana antes a Zelaya, esposo de la actual presidenta hondureña, Xiomara Castro.
Los tres altos oficiales fueron trasladados al juzgado bajo fuertes medidas de seguridad desde la Penitenciaría Nacional, 27 km al norte de la capital, constataron periodistas de la AFP.
Los otros dos son los generales Venancio Cervantes y Carlos Puerto.
Vásquez, de 68 años, fue llevado el jueves a un hospital a causa de una subida de sus niveles de azúcar por su diabetes, pero fue regresado a la cárcel por la noche, según su hijo, Jesús Vásquez.
La denuncia contra los tres generales fue presentada hace varios años, pero fue reactivada ahora por el nuevo fiscal general, Johel Zelaya, quien es afín al gobierno, según la oposición, aunque no es familiar del exmandatario.