Este salvadoreño de 35 años viajó rumbo a Japón el 29 de septiembre de 2015, luego ganar una beca de estudio otorgada por el Ministerio de Educación japonés. Emprendió su viaje con el sueño de superarse académica y profesionalmente en una de las más destacadas universidades de Asia.
Esta aventura lo llevó a conocer, adaptarse y superarse dentro de la cultura nipona, en donde lleva siete años desenvolviéndose y formando una familia, mientras avanza la integración de sus costumbres y la de su esposa japonesa.
“Al inicio trabajaba en las áreas rurales de Japón y cuando me mudé a la ciudad el cambio fue complicado, por la mayor demanda y lo ajetreado que representa la ciudad”.
Edwin Portillo, maestro salvadoreño en Japón.
Cuando viajó a Japón lo hizo con una visa de estudiante, y se encargaba de desarrollar diferentes trabajos de investigación académica y con los meses concluyó sus actividades, regresó a El Salvador, pero al poco tiempo, su trabajo fue bien valorado en Japón a tal punto que le valió para ser considerado por instituciones académicas, quienes lo contactaron para ofrecerle un empleo como maestro de inglés en primaria y secundaria, que lo llevó a regresar nuevamente en 2015 a la isla.
Portillo es licenciado en educación media, vive en la ciudad de Yokohama junto a su esposa Kirara Portillo, a quien conoció en 2015 y mantuvo una relación de noviazgo por tres años, hasta que en 2018 se casó con ella.
Edwin Portillo y su esposa Kirara Portillo.
El salvadoreño nos contó que le embarga la emoción porque esta semana recibieron a su primer hijo, quien lleva en su ADN raíces salvadoreñas y japonesas.
Durante los siete años que lleva de residir en Japón, Portillo admite que el apoyo más grande para sobrellevar la distancia y la nostalgia lo ha recibido de su esposa.
“El idioma fue de lo que más me costó, porque en Japón es bien poca la gente que habla inglés y se me dificultaba comunicarme”.
Edwin Portillo, maestro salvadoreño en Japón.
La vida y el trabajo lo han influido en su adaptación. Llegó como un estudiante, luego se convirtió en docente de inglés, y actualmente trabaja en una escuela internacional, en donde funge como mentor académico para estudiantes de tercer ciclo y bachillerato.
Pese al buen éxito profesional, Portillo nos deja claro en la conversación vía Instagram, que hay cuatro cosas de las que es imposible olvidarse de El Salvador, aun cuando valora y aprecia la respetuosa y discreta cultura nipona, de la que continuaremos esta conversación sobre todo eso que dice extrañar.
Edwin Portillo y su esposa Kirara Portillo.