Unicef denunció este martes que cerca de 3,500 niñas, niños y adolescentes han muerto o desaparecido en los últimos diez años mientras intentaban cruzar la ruta migratoria del Mediterráneo central hacia Italia. “Es como si durante una década, cada día un niño perdiera la vida”, subrayó el organismo en su informe publicado en Roma.

Según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, aproximadamente el 70 % de los menores migrantes que recorren esta peligrosa vía lo hacen sin acompañamiento de un padre o tutor legal. Esto significa que la mayoría de quienes han muerto o desaparecido viajaban completamente solos.

Los datos, obtenidos a través de entrevistas, revelan que más de la mitad de estos menores han sido víctimas de violencia física y uno de cada tres fue retenido contra su voluntad en algún punto de su recorrido.

Unicef señaló que las causas que empujan a estos niños a migrar siguen siendo las mismas: guerra, violencia, pobreza extrema y la falta de oportunidades en sus países de origen.

La directora regional para Europa y Asia Central, Regina De Dominicis, recordó uno de los episodios más trágicos registrados en el Mediterráneo: el naufragio del 18 de abril de 2015 frente a las costas italianas, donde entre 700 y 900 personas viajaban hacinadas. Solo 28 sobrevivieron.

“Hace diez años, un naufragio frente a las costas de Italia mató a más de 1,000 personas y conmocionó a toda la región”, recordó De Dominicis. La funcionaria urgió a los gobiernos a “proteger los derechos y el interés superior de las niñas y los niños, de conformidad con sus obligaciones en virtud del derecho nacional e internacional”.

Unicef también indicó que, desde 2014, al menos 20,803 personas han muerto o desaparecido en la ruta del Mediterráneo central. Sin embargo, muchos naufragios no se registran oficialmente, lo que haría que la cifra real sea aún más elevada.

Respecto al nuevo Pacto Europeo sobre Migración y Asilo, la organización reconoció que podría representar un avance hacia una mejor gestión de los flujos migratorios, aunque enfatizó que su aplicación debe garantizar el respeto pleno de los derechos de los menores.

En ese sentido, Unicef pidió a los Estados miembros implementar “operaciones de búsqueda y rescate más eficaces y adaptadas a los niños”, así como ofrecer “asistencia jurídica inmediata y protecciones sólidas” a su llegada. También remarcó que “las restricciones a la libertad de movimiento nunca deben dar lugar a la detención de menores en instalaciones”.