En un ambiente de hermandad, los asistentes al XXV Banquete del Amor se unieron una vez más para contribuir al legado del padre Flavián Mucci, asegurando la continuidad de su obra.

El Banquete del Amor es un evento social de ayuno, sobriedad y solidaridad que reúne a prominentes personalidades de la sociedad salvadoreña. Con alto grado de sensibilidad humana con el objetivo de recaudar fondos que permitan la atención de los niños, los jóvenes y los ancianos más necesitados del país por medio de las obras sociales de Ágape. Realizándose el primer Banquete del Amor en el año 1996.

Esta actividad se proyectó para convertirse en el evento del año y, hasta la fecha, se han realizado 24 banquetes. Cada edición reúne a una amplia comunidad de colaboradores y benefactores comprometidos con la causa, lo que ha permitido su continuidad y crecimiento a lo largo de los años. Además, se ha consolidado como una importante fuente de obtención de fondos para la construcción, reconstrucción, remodelación y equipamiento de la infraestructura de los distintos programas sociales de Ágape. Estos programas abarcan una amplia gama de servicios y ayudas, que van desde la educación y la salud hasta el apoyo integral a familias en situación de vulnerabilidad, asegurando un impacto positivo y sostenible en las comunidades más necesitadas.

“Su presencia sigue entre nosotros, en cada proyecto que nos ha encomendado, en cada beneficiario en quien vio la necesidad de ayudar. Gracias, padre Flavián Mucci, por todo el amor, por todas las risas y por todo el trabajo que hoy nos lleva a elevar una oración al cielo, con la fe de verlo satisfecho y lleno de gozo, cara a cara en la presencia de nuestro Padre Celestial” Asociación Ágape El Salvador.


El banquete contó con una mesa de anfitriones que estuvo presidida por el padre Jack Hoak, junto a Mons. Luis Morao, obispo emérito de Chalatenango; así como miembros del comité: Carlos Enrique Araujo y Roberto Kriete.

El momento culminante llegó cuando los participantes compartieron el banquete, compuesto por un consomé, un pan y una copa de vino, rememorando aquella noche en la que Jesucristo celebró la Santa Cena con sus apóstoles.