La miniserie “Adolescence” (Adolescencia), que arrasa estos días en el ranking de lo más visto de Netflix, no solo ha atrapado a la audiencia con su cruda historia sobre la violencia juvenil, sino también por su innovador enfoque técnico.

Cada uno de sus cuatro episodios fue filmado en un único plano secuencia, sin cortes aparentes, lo que supuso un desafío tanto para el equipo de producción como para los actores. La plataforma reveló detalles del rodaje en un video del detrás de cámaras, sorprendiendo a los fans con la complejidad detrás de la serie.



Lograr este efecto cinematográfico requirió meses de ensayos y múltiples intentos hasta conseguir la toma perfecta. Los actores, en un proceso similar al teatro, interpretaban sus escenas de principio a fin sin interrupciones, sumergiéndose completamente en la historia.

En principio, se planeaba filmar cada episodio 10 veces, pero en la práctica algunas tomas debieron reiniciarse repetidamente, salvo el primer capítulo, que se logró en solo dos intentos.

Los ensayos comenzaron con pequeñas escenas de cinco minutos y se fueron ampliando hasta cubrir episodios completos.

Uno de los mayores retos fue coordinar al equipo técnico para evitar que apareciera en cámara. Sin embargo, en algunas escenas resultó inevitable, por lo que ciertos miembros fueron caracterizados como extras para integrarse naturalmente en la narrativa.

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La planificación meticulosa permitió que cada movimiento estuviera cronometrado, logrando una coreografía perfecta entre actores y técnicos. Este nivel de precisión convirtió el rodaje en una hazaña cinematográfica pocas veces vista en televisión o en el cine.

El momento más impresionante de la serie ocurrió en el final del segundo episodio, cuando un dron permitió un cambio de perspectiva sin perder la continuidad del plano.

La secuencia comenzó con una persecución cerca de la escuela y terminó en el estacionamiento donde ocurrió el asesinato, acompañada de una versión de "Fragile" de Sting. La cámara, primero llevada a mano, fue acoplada a un dron que sobrevoló 500 metros hasta la escena del crimen, donde otro operador la tomó para cerrar con un emotivo primer plano.