Turistas salvadoreños y extranjeros visitaron pueblos como Concepción de Ataco, donde disfrutaron del ingenio de los lugareños, a través de altares y de la procesión que honra el nacimiento de la Virgen María o Virgen Niña.

Cabe mencionar que existen varias versiones sobre el origen de esta tradición, pero las autoridades locales estiman que se remonta a más de 170 años.
Algunas personas también la ubican en el año 1893, cuando desde Guatemala fue traída una imagen de la Virgen Niña, también conocida como Virgen de la Merced. Esta fue encargada por la fiel Jesús de Eguizábal, quien ese mismo año le colocó farolitos en significado de fe.
Desde hace algunas décadas, la ciudad de Concepción de Ataco, ubicada a 71 km de San Salvador, también se ha popularizado como el municipio de los farolitos, posiblemente por su encanto de ciudad pequeña y muy turística, con calles empedradas que anuncian el paso de la procesión entre cohetes de vara y fuegos artificiales que suman colorido.

Es así como católicos y no católicos se dan cita cada 7 de septiembre para disfrutar de las actividades religiosas pero también de conciertos, gastronomía y concursos de altares con los farolitos elaborados a base de madera y papel celofán.
Hoy en día, la fiesta de los farolitos también se celebró de manera simultánea en otros municipios como San Lorenzo, Tacuba, Atiquizaya, San Francisco Menéndez y otras ciudades de la hoy llamada “Ruta de las Flores”, en Sonsonate.










