A los 50 años, Charlize Theron no solo celebra una carrera cinematográfica consagrada, sino también su firme compromiso con papeles desafiantes, causas sociales y una constante reinvención en una industria que históricamente ha limitado a las mujeres.
Lejos de los estereotipos que Hollywood suele imponer a las actrices con el paso del tiempo, Theron ha sabido abrirse camino en el cine de acción, producir sus propias historias y visibilizar temas incómodos, con personajes reales, complejos y vulnerables.
Nacida en 1975 en Benoni, Sudáfrica, Theron creció en un entorno familiar marcado por la violencia. A los 15 años, vivió un episodio que marcaría su vida: su madre mató a su padre en un acto de defensa propia, hecho que años después la actriz revelaría públicamente con el objetivo de visibilizar la violencia doméstica.
Aunque inicialmente soñaba con ser bailarina, su carrera dio un giro inesperado cuando llegó a Los Ángeles en 1994 con apenas 300 dólares. En un año consiguió sus primeros papeles menores, pero su gran salto llegó con Pactar con el diablo (1997), donde actuó junto a Keanu Reeves y Al Pacino.
El punto de inflexión fue en 2003, cuando ganó el Óscar a mejor actriz por su impactante transformación en Monster, papel que redefinió su carrera. Desde entonces, ha sido productora de sus propios proyectos a través de su compañía Denver & Delilah, apostando por películas como Atomic Blonde y The Old Guard.
Theron también se ha consolidado como una figura clave del cine de acción moderno con papeles como Furiosa en Mad Max: Fury Road (2015), donde rompió con el arquetipo femenino tradicional en el género.
En cintas como Tully, El escándalo o Young Adult, la actriz ha explorado temas como la maternidad, el acoso sexual y la deconstrucción de la feminidad. Paralelamente, ha impulsado su labor humanitaria a través de su fundación CTAOP, centrada en prevenir el SIDA entre los jóvenes africanos, y como Mensajera de Paz de Naciones Unidas desde 2008.
Además, ha sido una voz activa en defensa de los derechos de las mujeres, del colectivo LGTB+ y en temas como el aborto o la violencia de género.
En la actualidad, acaba de protagonizar la secuela de The Old Guard y se prepara para interpretar a la hechicera Circe en The Odyssey, el próximo proyecto del cineasta Christopher Nolan.