Según explican los creadores de contenido en las redes sociales -que finalmente son los encargados de convertir en tendencia cualquier indumentaria- se trata de un look basado en el color rosa y otras tonalidades pastel, donde los encajes, tejidos y fruncidos, así como las rayas y listones realzan el don de la femineidad.
El tono clásico es elemental, representado en faldones y sombreros, inspirados en la belleza etérea de María Antonieta (1755-1793) de Austria, tal y como fue retratada por los grandes pintores o bien por el séptimo arte, en películas como la protagonizada por Kirsten Dunst en 2006.
Pero la estética coquette también evoca la decoracón victoriana: romántica, tierna y floral, como la reina Victoria (1837-1901) de Gran Brataña.
Sin embargo, en 2024, los conjuntos van más encaminados a una sensualidad con tono juvenil y piel a la vista, como en las llamadas “lolitas”, a menudo representadas en el animé como adolescentes vestidas con encajes, faldas cortas y escotes, como muchos podrán recordar al personaje central de “Candy Candy”, cuyos atuendos parecen inspirados en las bailarinas de can can y en las de ballet clásico.
No es extraño encontrarse ahora a chicas por la calle, o posando en las redes sociales, con listones en el pelo, chongos y una delicadeza casi infantil, como las niñas en la navideña suite del “Cascanueces” de Chaikovski (1840-1893).
Pero lo cierto es que en los tiempos modernos, una tendencia no puede ser creada para un solo género, y lo que empieza apuntándole a las jóvenes acaba satirisándose -gracias a los memes- y pronto convirtiéndose en un marco general para chicas y chicos, que se las ingeniarán para hacerse parte de un nuevo momento de la cultura pop.