Dinamarca conmemoró el lunes los 150 años del fallecimiento de su escritor más universal, Hans Christian Andersen, con un amplio programa cultural bajo el lema Andersen forever, centrado en su ciudad natal, Odense, y orientado a resaltar la vigencia de su obra literaria en el mundo contemporáneo.

Las campanas de decenas de iglesias en todo el país repicaron a las 11:04 a.m., hora exacta en que murió Andersen en 1875, con melodías inspiradas en sus cuentos más emblemáticos, dando inicio a una jornada dedicada al autor que revolucionó la literatura infantil con obras como El soldadito de plomo y La sirenita.

El programa, que se extenderá hasta el próximo otoño, incluye más de 50 actividades entre exposiciones, obras de teatro, debates literarios y performances artísticas. La Casa de Hans Christian Andersen, museo interactivo diseñado por el arquitecto japonés Kengo Kuma, fue el escenario de la inauguración oficial con una exposición centrada en los temas de vida, muerte y memoria en su obra.

También destaca la presentación de Flores del Recuerdo, una intervención artística en los jardines del museo, y el estreno de un cortometraje basado en La sombra, uno de los relatos más introspectivos del autor, que además inspirará una pieza sonora en el teatro de Odense.

A diferencia del fastuoso bicentenario celebrado en 2005 —que incluyó desde macroconciertos hasta la contratación polémica de Tina Turner por $872,000—, este homenaje se caracteriza por un enfoque más íntimo y centrado en la profundidad literaria de Andersen. Aquella celebración terminó en crisis financiera y críticas generalizadas, que contrastan con la sobriedad del programa actual.

Traducido a más de 150 idiomas, Andersen es considerado una figura literaria inmortal. Su capacidad para conectar con niños y adultos, así como su enfoque humano, sensible y filosófico, lo posicionan como uno de los grandes autores de todos los tiempos. Aunque el reconocimiento en su país llegó tardíamente, hoy goza del estatus de símbolo cultural de Dinamarca.