El rapero puertorriqueño Big Boy cumplió con los salvadoreños este sábado 10 de febrero en la localidad de Piedras Blancas, Pasaquina, en el departamento de La Unión, con un show pequeño pero que marcó su regreso a los escenarios salvadoreños, luego de que a finales de los 90 se armara una trifulca relacionada con pandillas en su último concierto, en un populoso centro comercial de San Salvador.

Desde aquellos años, sus éxitos musicales fueron asociados al fenómeno delincuencial en el país y la pandilla del barrio 18 se apropió de temas como "Que vaya con Dios", el cual interpretaban sus miembros criminales en los funerales de sus caídos, tal y como se registró en el documental del cineasta francés Christian Poveda, "La vida loca" (2008), quien fue asesinado por ellos mismos.



"Los salvadoreños ahora ya podemos volver a disfrutar de tu música con libertad, porque antes las pandillas nos tenían hasta prohibido escuchar tu música, yo ahorita mismo estoy escuchando 'Yo quiero una nena'", escribió una fan en la publicación del artista, con una foto de la costa salvadoreña como fondo. "Años atras era imposible cantar este tema aquí en mi país y me da una alegría verte aquí y poder disfrutar de tu música"; "En El Salvador crecimos escuchando tu música", apuntaron otros seguidores.



"Gracias El Salvador por el cariño", escribió el boricua en sus historias de Instagram, que dejó dos publicaciones permanentes de este importante regreso al "Pulgarcito de América", donde también es recordado por hits como "Mis ojos lloran por ti", "María", "Pase lo que pase", "Voz sensual", "Quiero una nena" o "He chocado con la vida".

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