El docente salvadoreño Héctor Josué Martínez Flores ha adoptado un compromiso con el rescate, conservación y divulgación del náhuat, ayudado de diversas herramientas tecnológicas.

Y es que Martínez además de enseñar en clases el lengua náhuat también utiliza las plataformas de Youtube, Facebook e Instagram para crear contenido lúdico y atraer a más salvadoreños a interesarse en aprender.

A través de guías audiovisuales, memes en tendencia y hasta doblajes de tráilers de películas en la lengua náhuat, Martínez ha captado la atención de miles de seguidores en su contenido.

Un joven más proactivo que los gobiernos en turno.

Cuando todavía era muy joven, Martínez comenzó a ejecutar acciones en pro de la conservación y difusión de la lengua originaria, a diferencia del Estado que no lo incluye en su currícula educativa.

En 2016 (a sus 24 años) mientras cursaba un diplomado en “Pedagogía no sexista e inclusiva” descubrió que las personas nahuablantes en el país no ascendían a más de 200, lo que lo alarmó de inmediato.

Decidió aprender náhuat de forma autodidacta, aunque le fue difícil por la falta de bibliografía. Luego optó por asistir a una universidad privada, pero sin que le convencieran mucho las clases, decidió formarse directamente con nahuablantes en Santo Domingo de Guzmán, Sonsonate.

Además de recibir las clases y retribuirlas, Martínez se involucra con la comunidad. / Cortesía
Además de recibir las clases y retribuirlas, Martínez se involucra con la comunidad. / Cortesía

Además de recibir las clases y retribuirlas, Martínez se involucra con la comunidad. / Cortesía

Viajaba al menos tres veces cada semana para su proyecto.

En 2017 comenzó una especialización en náhuat e identidad cultural del Ministerio de Educación dedicado a docentes. El primer año fue un estudiante, pero el segundo se convirtió en maestro del mismo. Se graduó en 2018.

En 2019, tras el cambio de gobierno, Héctor se quedó sin trabajo y comenzó a dar clases del idioma en una universidad privada. Fue entonces cuando optó por auxiliarse en la tecnología.

“Mis estudiantes estaban sin ningún material. Lo que yo les decía, prácticamente tenían que creerlo, porque hay pocos libros y los que hay son de extranjeros”, explicó a este medio.

“Comencé a producir material multimedia para mis estudiantes, comencé a ver que les gustaban muchísimo y ahí fue donde surgió la idea y comencé a subir mi material en una página de Facebook, como a los tres meses esa página había crecido muchísimo, ahora son más de 12,000 personas las que la siguen”, explicó también con entusiasmo.

Desde 2016 Martínez comenzó sus visitas a Santo Domingo de Guzmán para aprender y documentar el náhuat. / Cortesía
Desde 2016 Martínez comenzó sus visitas a Santo Domingo de Guzmán para aprender y documentar el náhuat. / Cortesía

Desde 2016 Martínez comenzó sus visitas a Santo Domingo de Guzmán para aprender y documentar el náhuat. / Cortesía

Tras el crecimiento de la página “Timumachtikan Nawat” en Facebook, también optó por crear su canal de Youtube.Con esto retomó sus visitas a Santo Domingo de Guzmán para crear videos en compañía de las abuelas y crear juntos clases para el sitio.

Por las visitas a las abuelas Héctor entregaba una compensación porque dejaban de ocuparse de sus trabajos artesanales por colaborar con él.

“Cada una de las grabaciones salía de mi bolsa, yo les cancelaba a ellas por el pago de los videos. La mayoría de ellas se dedican a trabajar el barro, entonces el que yo llegara allá era también quitarles el tiempo”, explicó.

Tras las grabaciones que fueron constantes, las abuelas “se encariñaron” del proyecto del joven.

“Se ha ido mejorando poco a poco así de forma personal, porque yo no tenía conocimiento en edición ni nada y ahora están quedando más bonitos los videos y todo el trabajo que se está realizando”, reflexiona sobre su contenido.

Nuevos proyectos.

Para este año, Martínez tiene la idea de lanzar una aplicación en el que los internautas puedan tener acceso a un diccionario náhuat con la reproducción de las palabras con la voz de las abuelas.

Aunque esta es una idea antigua, aún falta conseguir los fondos. Él esperaría encontrar patrocinadores.

“De acá en diez años cuando ya no estén las abuelas, tengamos una aplicación donde no solo estén las palabras sino que también las voces de ellas, la pronunciación de ellas para que podamos recordarlas y perduren”, explica Martínez.

El agrado de la gente.

Para el docente la gente sí recibe a bien el material en lengua náhuat, pero lamenta que no hayan espacios públicos para aprender formalmente el idioma.

“Sí hay bastante interés de los salvadoreños porque eso se ve en las redes sociales, hay muchas respuestas. Lo que siento que hace falta son espacios para aprender, existen espacios sí, la mayoría pagados”, reflexiona.

El dato

El Estado salvadoreño deberá velar por la conservación y divulgación de las lenguas originarias acorde a lo establecido en la Constitución de la República (artículos 62 y 63).

“Las lenguas autóctonas que se hablan en el territorio nacional forman parte del patrimonio cultural y serán objeto de preservación, difusión y respeto”, reza el 62, reforzado también en el siguiente.