A primeras horas del día, nos encontramos al salvadoreño Jaime Paz en el parque de la colonia Maquilishuat, en San Salvador, junto a un grupo de alumnos de sus rutinas de ejercicio, que son impartidas de lunes a viernes a las 6:15 a.m. y 8:00 a.m.

La clase se realiza bajo la dinámica HIIT (Entrenamiento de alta intensidad por intérvalos, por sus siglas en inglés) y está dirigida a personas de todas las edades. Pero también es marca del estilo de vida de Paz, que a sus 53 años conserva la energía de los vívidos 90, cuando representó a El Salvador en certámenes de belleza masculina.

Fue en 1994 que el modelo fue delegado para participar en Mister Joven Internacional en Puerto Rico, un título que obtuvo entre 10 países; y en 1995 en Mister Manhunt en Singapur, donde fue finalista entre 30 naciones.

¿Desde cuándo te dedicas a ser maestro de fitness?
Soy instructor desde los 22 años. En la pandemia de covid-19 comencé a dar esta clase de manera virtual, y cuando ya se abrió comencé en el parque, hace año y medio. Lo que me encanta es que la clase se ajusta a toda edad y todo tipo de condición. Al ser lapsos de 30 segundos, tú decides si los haces completos, la mitad o una variación más fácil.

Jaime junto a sus alumnos en el parque Maquilishuat. / L.A.
Jaime junto a sus alumnos en el parque Maquilishuat. / L.A.



¿Cómo fue tu experiencia como representante de belleza?
Súper emocionante. En 1994 no existían los concursos (para hombres en el país), pero fui a Mister Joven Internacional en Puerto Rico y gané. Fue una experiencia increíble porque no llevaba ninguna preparación ni esperanza de ganar, pero después de la entrevista me dijeron: ‘quedaste en tercero, así que esta noche depende de ti’. Y pensé ‘voy a decir cualquier cosa, porque es demasiado compromiso’... Pero el mismo día pensé que ya que estaba tan cerca que iba a hacer el último esfuerzo.

Estaba relajado porque si ganaba o no, no significaba mucho para mi vida, y mis compañeros estaban nerviosos.

Al año siguiente mandaron la invitación de Mister Manhunt por primera vez, que por cierto Milena (Mayorga) fue la que dijo: ‘manden a Jaime, él siempre dice que sí’, y fui a Singapur. Ese año Eleonora Carrillo había quedado en las finalistas de Miss Universo y mi meta era entrar en los cinco finalistas, pero quedé en octavo.

¿Cómo fue el accidente que sufriste antes de ir al primer concurso?
Año y medio antes tuve un accidente bastante serio, me quedé dormido en el carro y choqué frente a la universidad José Matías Delgado, quedé siete días en coma. Me llevaron al hospital San Rafael, pero no tenían los equipos para mantenerme vivo, por lo que me trasladaron al Seguro Social.

Comencé a reaccionar y no es como en las películas que te despertás y decís: ‘¿dónde estoy?’. Es un proceso: no reconoces a nadie, no puede hablar, solo tartamudeas. Mis papás estaban preocupados porque pensaban que iba a quedar mal, porque me había roto el brazo en dos partes y el tobillo.

Tuvieron que esperar un mes para poder operarme, tengo seis tornillos en el brazo derecho y uno en el pie izquierdo. Aparte tuve tres cuágulos en el cerebro que se disolvieron solos, fue un milagro y gracias a Dios puedo seguir contando la historia.

Así me fui a concursar, tomando antiepilépticos debido al daño en el cerebro. De mis 22 años a los 30 tenía prohibido el desvelo, el cigarro, el alcohol y el estrés. Pero los ataques que tuve fueron solo aquí en San Salvador.

Cortesía
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Aún así ganaste...
Aún así gané, recuerdo que me ponía maquillaje en la cicatriz del brazo, que gracias a Dios no se me hizo queloide. Parte de mi curación fue mi actitud. No me dio tiempo de sentir lástima por mí o pensar qué iba a pasar después. Mi mentalidad era salir ya y dar la clase porque es lo que más me apasiona de la vida. En seis o siete meses ya estaba caminando y dando clases.

¿Qué opinas de Isabella García-Manzo como Miss El Salvador para Miss Universo 2023?
El concurso fue emocionante, yo no conocía a Fátima (Cuéllar, la gran favorita) ni a Isabella. Sé que en las redes hay todo un relajo, pero me pongo en lugar de ellas y la verdad que es una gran presión para las dos: Fátima por la cantidad de seguidores que tiene y esa carga de que todos esperaban que ganara, e Isabella porque se sorprende que ganó y ahora resulta que la gente está dando opiniones fuertes.

En un momento, uno de mis proyectos iba a ser el cachiporrismo, quería desarrollar equipos y enseñar sobre ganar y perder, para cambiar el significado de las dos palabras, porque nunca se pierde. Fátima ganó una experiencia increíble. En mi caso tuve dos concursos, uno que gané y otro que perdí, y no te imaginas el valor que tienen... en los dos he ganado. En el escenario uno no puede decidir su puntaje, lo único que puedes hacer es lo mejor, la decisión es de un jurado.
A todos los amigos que están comentando contra Isabella, les pido un poquito de relax porque ella hizo lo mejor que pudo. Lo único que nos queda es aceptar que ella nos va a representar e invito a todos a apoyarla.