En entrevista exclusiva con Diario El Mundo, el rockero hoy líder de Kabrones -agrupación integrada precisamente por exmiembros del Mägo de Oz-, compartió su emoción por presentar un espectáculo sinfónico inédito, así como su admiración por los músicos locales.
Andrëa, cuyo nombre es José Mario Martínez Arroyo González y cuyo nombre artístico es un homenaje a su hija, se unió a Mägo de Oz en 1995, marcando un antes y un después en el metal español; su voz se volvió emblema del género.
¿Cómo va esta nueva visita a El Salvador?
Muy bien, la verdad que en plena forma, muy a gusto, muy tranquilo. A mí este clima es el que me gusta, todo el clima centroamericano y la verdad deseando ya empezar el show.Ahora vienes con un formato sinfónico...
La verdad que muy excitado, un poco preocupado porque vine hace casi dos años con “Hasta que el cuerpo aguante 1”; he vuelto con la agrupación de Kabrones hace bien poquito y pensaba un poco, digo: "Vale, igual la gente hasta se cansa, antes de que venga tanto”, pero no, se siente bastante bien y es un formato completamente distinto a lo acostumbrado.¿Cómo decidiste venir con este formato esta vez?
Me gusta, llevo ya tiempo haciéndolo con orquesta sinfónica y quería también tener la oportunidad de poder hacerla en todos los países, porque normalmente siempre se hace en los sitios grandes y las capitales de los países más importantes...Me pareció un poco injusto que sitios como Costa Rica, El Salvador o Guatemala por ser más pequeñitos no se pudiese hacer. Así que, hablando con los promotores, vimos que sí se podía; aunque yo tuviese que estar con una banda y una sinfónica en cada sitio.
Pero bueno, eso no es el problema, porque El Salvador cuenta con unos músicos excelentes. Gracias a eso se ha podido conformar. El poder hacer el show sin apenas tener que ensayar conmigo y para mí es un grandísimo honor poder presentar un espectáculo de estas características acá en El Salvador.
¿Qué tan diferente es cantar con una sinfónica?
Yo creo que cuando estás con una banda de rock y estás mucho tiempo, hay muchos tipos de improvisaciones, muchas cosas que cambias en directo por la complicidad que ya tienes; con la orquesta sinfónica tiene que estar todo un poquito más estructurado y estipulado, pero a la vez ganas en la grandiosidad de los arreglos, de las canciones, porque no queríamos que fuese una banda con una orquesta, sino que las canciones en sí fueran arregladas para la orquesta con banda, o sea, que la orquesta tuviese un gran protagonismo dentro del show.Unos arreglos distintos que van a sorprender en muchas ocasiones de las canciones y eso es precisamente la diferencia con un grupo. Las canciones ganan muchísimo.
¿Cuánto durará este toque?
Depende cómo el público responda o esté más o menos prendido, pues el show puede estar entre las dos horas o las dos horas 45 minutos. Puede ser muy largo porque al haber una orquesta, hay que aprovecharla.¿Cuál de todas las piezas del show es la más emocionante para ti?
Ahora con orquesta, “Danza del fuego” está muy linda; “Pensando en ti" también. No te podría decir una, pero la verdad que ganan todas muchísimo.La gente se queda un poco así sorprendida al principio y luego ya va entrando en calor. Yo espero que reaccionen así. No creo que se sorprendan para mal, yo creo que les va a encantar.
¿Qué significa tener una base de seguidores tan leales en El Salvador?
Pues es un honor, venir acá a El Salvador tres veces en año y medio, prácticamente, y que la gente siga pagando una plata que es muy difícil de conseguir porque la vida está jodida y está dura para todos, y sigan mirándote... eso te da un gran sentido de responsabilidad para ofrecer lo mejor posible y lo mejor de ti. Por eso, me gusta llegar un par de días antes al país, aclimatarme, cuidarme mucho para que el show sea lo más perfecto posible, porque la gente lo demanda y yo creo que es lo lo mejor.¿Alguna anécdota de tus visitas a El Salvador?
Hay unos pueblos, en una zona de España que se llama Cataluña, que hacen unas cosas que se llaman los castellets, un montón de gente y una especie de base de una pirámide y se van subiendo hasta que la corona un niño... A lo mejor puede tener como cuatro o cinco personas de altura.Y en el primer show aquí en El Salvador en 2006 había un foso grande en todo el escenario, un foso a lo mejor de tres metros, con unas vallas altas y no sé por qué la gente empezó a amontonarse unos encima de otros, tipo castellets, como la película de zombies ("Guerra mundial Z", 2013)... llegaron hasta el escenario y el escenario fue invadido por un montón de gente. Tuvimos que parar el show, pero no pasó nada, la gente solo quería tocarnos y vernos y abrazarnos.
¿No te asustaste?
Sí, cuando empiezas a ver que la gente se va pisando unos a otros, se van subiendo, claro, porque el de abajo tiene que estar aplastado literalmente. Al final conseguimos que la gente volviese a su sitio y media hora o 40 minutos después ya seguir el show, pero eso lo recordaré toda la vida con esa avalancha.¿Estás trabajando en música nueva?
Estamos en muchos proyectos a la vez. Gracias a la vida, no nos faltan proyectos, cuando acabe esta gira en Guatemala el domingo, volveré a retomar la gira de Kabrones que me llevará hasta octubre.A finales de año sí que estoy pendiente de empezar a regrabar y hacer algunas canciones para presentar la gira del 2027 que quiero que sea del disco “Donde el corazón te lleve”, un disco de baladas que grabé yo hace mucho tiempo y que nunca se hizo gira, me gustaría presentarlo porque, claro, le tengo muchísimo cariño. Quiero que sea para el 2027 y sí que me gustaría lanzar dos o tres covers y baladas para presentar esa gira.
Creo que las pruebas siempre que vienes, pero ¿Ya comiste pupusas?
Sí, sí, sí, para desayunar, maravilloso. Todas son buenas de cualquier sabor. También las probamos en el sur de Guatemala y no era lo mismo. Me quedo con las de acá.¡Excelente!
Para finalizar ¿Cómo quisieras que la gente te recordara?
Pues que me recuerde...no sé, como alguien que sencillamente se entregaba a ellos, que cantaba para la gente, que solo quería cantar canciones, cantar mensajes, cantar historias y reconfortar a la gente.Para mí es un placer y un privilegio cuando me dicen muchas veces: "Ah, no sabes lo que has hecho por mí”. Igual no, yo no era tan importante, ni mi música, seguramente la fortaleza estaba dentro de ti y yo lo único que he hecho ha sido ayudarte a que la encuentres, pero eso para mí ya es un honor. El poder hacer que la gente disfrute, llore o se emocione con mis canciones, solo poder hacer eso ya vale la pena haber vivido esta vida.
Disfruten el concierto, que los conciertos son para pasarla bien, para olvidarse de los problemas, para interconectar, interactuar conmigo, disfrutar, pasarla bien y que se lleven un recuerdo para toda la vida.