José Guerrero es un cantante salvadoreño de jazz y ópera, durante toda su vida ha estado rodeado del mundo del arte y la música. La disciplina y la determinación son algunas de las claves del éxito para José y sus compañeros de Opus 503.
Asimismo, nos contó sobre la historia del grupo, su gira por Europa y el secreto del éxito del artista salvadoreño, además de la dignificación del arte.
Para iniciar, ¿cómo surgió la idea tuya como José Guerrero de dedicarte a la música?
Bueno, yo nací en el seno de una familia muy musical y eso me hizo desde muy temprana edad estar muy en cercanía con la música clásica. Tanto así, que a los 7 años. yo ya era parte de la orquesta Don Bosco....¿Y luego?
Ya en la época universitaria, me doy cuenta que me apasionaba mucho el jazz. Esto también por una especie de transmisión de la música que le gustaba a mi papá y empiezo a cantar en bodas. En ese interín es que yo me encuentro con los que fueron mis dos grandes maestros, Joseph Karl Doetsch y Gladys de Moctezuma, que en ese momento tenían el proyecto de formación de cantantes líricos.Al principio no estaba muy seguro de querer entrar al mundo de la música clásica, sin embargo, tenía conocimientos al respecto, había estado muy cerca y empecé a probar lo que iba a pasar. Entré al mundo de la ópera aproximadamente en el año 2006-2007 con mis dos maestros y con los cuales posteriormente se formó la ópera del Salvador.
Entiendo que esto ya es de sangre, ¿no? ¿Quiénes son tus padres y cómo viviste esa niñez rodeado de música?
Mi madre es Ana Gómez Pinel. Fue la primera soprano del Club Nacional de El Salvador por muchísimos años. Mi padre, José Guerrero, no tiene nada que ver con el mundo de la música. Mi vida desde muy joven fue siempre estar viajando con la orquesta Don Bosco. Fue una institución musical muy importante.Toda mi vida fue precisamente los escenarios desde los 6 años y luego por supuesto me tocó viajar por Centroamérica con esta institución para luego entrar al mundo de la ópera.
¿Crees que ha cambiado eso en este momento?
Yo creo que la ópera ha tenido sus momentos en las últimas dos décadas. A partir del año 2000, que regresan Joseph y Gladys de Moctezuma, la ópera tiene un resurgimiento en el gusto del público salvadoreño. Creo que fueron aproximadamente 12-15 años de una producción tanto de conciertos como de proyectos muy importantes. Hoy por hoy ha vuelto nuevamente a decaer porque no hemos tenido en los últimos 10 años una producción operativa estable.
Cuéntanos ¿Cómo surgió Opus 503?
El proyecto surge allá por el año 2016 cuando Mauricio Bonilla, un gran amigo nuestro y casi nuestro padrino escénico, nos dice que le llama la atención el hecho de poder presentar un formato musical salvadoreño novedoso, que no sea el típico registro que la gente tiene de nuestro país en el exterior. Empezamos a partir de ese año a buscar esa expresión musical salvadoreña, pero basada en el pop lírico.En el año 2017, Samuel Quirós nos organiza de manera formal, visual y de presentación; le pone el nombre de Opus 503, que fue un nombre que nos sorprendió de igual manera.
Es en ese punto que un gran amigo y guía musical para nosotros, Eduardo Fuentes, nos dice que ve tres grandes cantantes de ópera, ve un excelente concierto, pero que de 503 todavía no hay nada. Nos reta a buscar música de autores salvadoreños y convertirla a este formato del pop lírico.
Así empezamos a trabajar con un arreglista, Joshua Rod, que sigue siendo nuestro arreglista musical, y empezamos a buscar esa sonoridad que mezclara tanto la música clásica, las voces líricas y esa sensación latina que nos identificara y nos diera esa diferencia de otros grupos como Il Divo. Nuestro objetivo primordial como Opus 503 fue retomar música salvadoreña, explorar en la identidad de los salvadoreños desde su música y sus tradiciones.
¿Quienes integran Opus 503?
Opus 503 está integrado por tres cantantes líricos salvadoreños que éramos parte de la Ópera de El Salvador: Mauro Iglesias, Esaú Osorio y tu servidor, José Guerrero. Tres voces totalmente distintas: Mauro es bajo, Esaú es tenor y yo soy barítono.Hablemos de la visita que le hicieron al Papa Francisco
Este 2024 ha sido un año muy particular para nosotros y uno de los mejores de nuestros ocho años de trayectoria. A mediados del año, la Nunciatura Apostólica nos lanza el reto a Mauro y a mí de crear una canción que sirviese como tema musical para el proyecto que el Papa Francisco apoya en nuestro país, llamado "Semillas de Esperanza" y que es llevado por la Nunciatura Apostólica y la Conferencia Episcopal Salvadoreña.Escribimos la canción con Mauro en una noche, se la enviamos a capella a la Nunciatura y dijeron que esa era la canción que querían. La incluimos en nuestro disco y nos invitaron a presentarla en el Vaticano y en uno de los programas de televisión con más rating de la RAI (Televisión Italiana) llamado "Cristianità" y por supuesto, hablar de El Salvador.
¿Como fue la experiencia en la TV italiana?
Fue emocionante y un reto inmenso porque teníamos que dar una entrevista en italiano. Nos preparamos casi todo el año en el idioma italiano. Creo que el país quedó muy bien representado y recibimos muchas felicitaciones posteriormente.¿Cuántos discos han publicado como Opus 503?
Nuestro primer disco se llama "El Salvador bajo mi piel", totalmente dedicado a la palabra salvadoreña. Lo estrenamos en la Misión Permanente ante Naciones Unidas para las comunidades salvadoreñas en Nueva York.En el año 2019 nuestro segundo disco estaba dedicado a las historias del Bálsamo; hay que recordar que el bálsamo y el añil fueron nuestros primeros dos productos importantes a nivel económico y a nivel histórico.
En 2021 tomamos la decisión de crear nuestro tercer disco que lleva por nombre “Centroamérica libre", siempre con el apoyo de Fundación Ancalmo.
En este disco, salíamos de la música salvadoreña y exploramos los temas más icónicos de los cinco países que fueron parte de la gesta de independencia. Además, este año hacemos la nueva versión del carbonero y nuestro video gana como mejor video del año.
En 2022 hacemos nuestro quinto disco “Opus 503 Gold”, era un “review” de nuestras canciones y ahorita, acabamos de hacer un disco en homenaje a nuestra gira que lleva por nombre “Corazón añil turquesa”.
¿Cuál ha sido la fórmula del éxito para ustedes?
Parte del éxito es la permanencia... Creo que hemos sido necios, sumamente necios. Mediante la música, estamos haciendo algo muy importante que es salvar la identidad de nuestra cultura, de nuestras tradiciones y de nuestra historia. Creo que parte del secreto de opus es esa capacidad de tenacidad y la versatilidad con lo que lo estamos haciendo.Eso me lleva a la siguiente pregunta ¿Opus 503 tiene más reconocimiento dentro o fuera de El Salvador?
Yo creo que depende mucho de lo que estemos haciendo. Opus 503 es un proyecto sumamente versátil, acabamos de terminar una gira de un mes por Los Ángeles, Washington, Milán, Roma, Viena y en estos países donde el nivel cultural es muchísimo más alto, el espectáculo de opus 503 es muy diferente.En El Salvador Opus 503 ha hecho cosas muy distintas, desde espectáculos para bodas hasta espectáculos teatrales. Esa versatilidad nos ha podido abrir la puerta para jugar con diferentes escenarios y diferentes públicos y sobre todo mantenerlos como grupo en la actualidad.
Cuando hay momentos difíciles ¿Cómo han logrado salir adelante?
Yo creo que el hecho de poder tener una estructura clara de lo que quieres hacer. Tratamos de tener planificaciones claras anuales, no siempre las logras cumplir, pero tener esas estrategias anuales, también implica tener una claridad financiera y económica de lo que va a pasar o de lo que puedes hacer el año.Un artista debe funcionar como una empresa...
Claro, un artista es como una empresa. Yo creo que siempre hemos tratado de vernos de esa manera, no somos el típico artista que va a estar pidiendo que le regalen cosas; somos el artista, que siempre te va a llevar una propuesta, donde todos ganemos. Siempre hemos creído en esa en esa capacidad de que el arte no debe ser solo por hacerlo, tiene que ser para dignificar el artista.Coincido contigo...
Yo no creo que el artista tenga que ser precario, ni vivir bajo ese romanticismo sin sentido, creo que el artista tiene que tener una vida digna.El año pasado recibieron el premio Ovación...
El premio Ovación es uno de los premios de producción más importantes que tiene este país para poder crear y creo que para nosotros fue una ilusión muy grande el poder obtenerlo, mediante el proyecto que llevaba por nombre “La gloria de la Zarzuela”.Quedamos muy emocionados del resultado, no solo a nivel escénico, sino de la respuesta y la recepción de aproximadamente 800 o 1,200 chicos salvadoreños que por primera vez en su vida, tenían un espectáculo de zarzuela.
