La estrella, que despuntó en 2003 en el recordado reality chileno "Rojo Fama Contra Fama", escogió bien este 28 de noviembre para presentarse por primera vez en El Salvador, luego de más de un intento previo. Esta vez su show tuvo una convocatoria espectacular con miles de salvadoreños que abarrotaron el Complejo Estadio Cuscatlán para una noche sin igual.
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Sin embargo, un retraso de la organización generó que el público no pudiera ingresar al recinto al aire libre sino hasta el último momento, por lo que muchos no lograron apreciar la entrada de la artista ni sus primeras canciones, al seguir en las filas. Una gran mayoría tampoco vio el show de la invitada nacional para abrir el show, Vane García.
La prensa también ingresó luego de las primeras dos canciones, tal y como había dispuesto el equipo de Mon, quien subió al escenario con su sofisticado sencillo "Tenochtitlan", para un show digno de museo con un estilizado marco audiovisual, la "Madonna chilena" acompañada de un genial grupo de bailarines queer y un desfile de modas que incluyó la bandera de la diversidad o LGBT.
Cientos de mujeres, muchas jovencitas, corearon las canciones de desamor y a menudo con línea feminista de Mon, entre las que no podían faltar "Mi buen amor", "Amárrame", "Flaco", "Amor completo" o su máximo himno "Tu falta de querer", que esta vez fue presentado en una versión acústica, aunque el público extrañó el impacto de la versión original.
El ballet puso el tono picarezco del concierto junto a Mon.
Por su parte, Mon conservó durante todo el show un look ecléctico que dejó ver poco de sus tatuajes característicos, mientras ella misma fluyó con naturalidad y sencillez mientras disfrutaba de una copa de vino tinto. El público disfrutó de un show que culminó al filo de la medianoche, con deseos de volver a ver a la artista en el país.