La tradicional fiesta de significado religioso y que además recuerda una erupción del volván de San Salvador (Quezaltepec) recibió a miles de visitantes y turistas nacionales y extranjeros, para observar el enfrentamiento entre dos equipos de lugareños que se arrojan bolas de trapo amarradas con alambre y empapadas en gasolina, prendidas en llamas.
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Pasadas las 8:00 de la noche, la turba de enmascarados -muchos recordando personajes de películas de terror- comenzaron la batalla librada en la calle principal de la ciudad pupusera, en presencia de miles de observadores que se asustaban ante las llamaradas que pasaban a su lado (o chocaban accidentalmente contra ellos), pero aún así decidían enfrentar la adrenalina para ser testigos directos.
Caminar entre la marejada de personas resultaba un verdadero desafío.
Cabe mencionar que los jugadores oficiales de este juego campal eran empapados constantemente por miembros del Cuerpo de Bomberos, para evitar que el fuego los afectara. Además, guantes de cuero cumplían una función protectora, así como lo hacían sus aterradoras máscaras, gorros y pañoletas.
Esta tradición, inspirada en las legendarias oraciones del patrono San Jerónimo Doctor y sus oraciones que eran amedrentadas con bolas de fuego callendo sobre su techo, se conmemora cada 31 de agosto en Nejapa. Aunque el público no falta cada año, posiblemente el nuevo ambiente de seguridad en el país permitió que más personas se animaran a ser parte de la fiesta.
El despliegue policial se apreció a través de los distintas calles y senderos que llevan a la ciudad y, desde luego, el tráfico vehicular se convirtió en todo un lío para aquellos que decidieron llegar en último momento.
La fiesta concluyó con música en vivo y discomóvil para bailar y recordar una celebración llena de nostalgias y sana convivencia.
Los ataques del diablo y la furia del volcán son representados por hombres locales que se arrojan bolas prendidas en gasolina. / Foto: Lisbeth Ayala