Miles de salvadoreños lo esperaban ansiosos para recordar sus grandes éxitos como solista, así como sus clásicos como parte del grupo Aventura. Pero la larga espera escuchando a los DJ teloneros valió la pena, cuando el imponente neoyorquino empezó a entregar sus melodías sin parar.
Santos sabe perfectamente cómo guiar a su público hasta dónde él quiere. Si la respuesta durante sus shows no es la deseada, da indicaciones claras para que todos despierten, despeguen y sigan gozando. “El que no brinque esta noche, no está orgulloso de ser salvadoreño, ¡arriba!”, exclamó.
Su micrófono dorado, un trono y hasta una tina se sumaron al escenario para que el astro se proclamara ante los “Romeístas”, como él llama a sus fans, mientras entonaba “La diabla”, “Eres mía”, “Necio”, “Llévame contigo”, “Obsesión”, “Amor de madre”, “¿Cuándo volverás?”, y un bloque de reggaetón con cortes como “Noche de sexo”, “Ella quiere beber”, “Sobredosis” o “Volví”.
La gala más sensual del año culminó a la 1:00 de la madrugada. “La espera ya no importa, vamos satisfechas después de cantar y cantar”, manifestó Brenda Martínez, una joven que asistió junto a sus amigas para aclamar al cantante y hacerle llegar unas flores.