“Ya estaba en el 2002, lo recuerdo porque estaba embarazada y me subí a las tazas”, comenta una usuaria en redes sociales. “En ese entonces empezaban a llegar ruedas, sobre todo en agosto”, apunta.... Desde inicios de los años 2000, GameSpot fue más que un conjunto de juegos mecánicos, un punto de encuentro, fiestas y cápsula de recuerdos para los visitantes de Metrocentro San Salvador.

Ubicado en la octava etapa del centro comercial, el parque albergó atracciones permanentes y rotativas como el Tagadá, el gusanito, y los carritos chocones —de estos últimos solo quedan algunas estructuras dispersas como vestigios de lo que una vez fue. Hasta hace unas semanas, era una opción accesible para el entretenimiento familiar, especialmente en feriados o vacaciones.

Para muchos era una experiencia completa: churros españoles recién hechos, papas fritas al estilo salvadoreño, promociones 2x1 en San Valentín, Black Friday y fines de semana largos; se realizaban concursos, había paquetes especiales para fiestas infantiles, y hasta eventos con influencers locales como Tío Frank, René Valdiviezo, Baby Meshi o Alfred Larin.

El último post en sus redes sociales oficiales, fechado el 21 de febrero, promocionaba una oferta en los carritos chocones, pero hoy el panorama ha cambiado. Aunque el letrero de bienvenida sigue en pie, las estructuras de los juegos han comenzado a ser desmontadas y lo que antes vibraba con risas y luces, ahora nos recuerda a un escenario "postapocalíptico".

Hasta el momento, el centro comercial, uno de los preferidos por los salvadoreños, no ha hecho comunicados sobre el futuro del espacio de diversiones.

Algunos especulan que se trata de una remodelación o reacondicionamiento para ofrecer mejores experiencias. Mientras tanto, el desmontaje se percibe por muchos como algo más que un cierre: es el desarme de una etapa. Algunos visitantes no han querido dejar pasar el momento y han aprovechado para tomarse una selfie frente a lo que queda.