El disco, en el que Thalía quiso profundizar en sus raíces como mexicana y trabajó por casi dos años, verá la luz a principios del 2024 e incluirá colaboraciones con Ángela Aguilar y Dania de Grupo Sin Límite, bajo la producción de Jimmy Humilde.
“Los requintos evocan algo en el alma, algo en el corazón, algo de añoranza, algo de olvido, de dolor, de amor, algo lejano pero cercano”, dijo la artista. “Y luego acompañado de las letras... Yo necesitaba cantar este tipo de contenido en mis canciones. En este disco he descubierto a una Thalía más de corazón roto, despechada, adolorida...”, agregó.
Sobre el despunte de la música regional mexicana actual, comentó: “Siempre hemos estado de moda. Nuestra música siempre ha estado vigente, a fuego tendido, nunca hemos parado en todos los géneros musicales que abarca la música mexicana que es totalmente basta, es bella, es hermosa. Lo que está pasando ahora es que la nueva generación se está montando en los sonidos que te mueven las entrañas: los requintos, los acordeones, están redescubriendo... Yo creo que la están haciendo suya”.
Y sobre el primer sencillo, “Bebé, perdón”, apuntó: “Esta canción me duele, la pongo en repeat en el carro mientras manejo... No me duele por una relación personal, porque no es de lo que yo estoy viviendo. Estoy muy contenta, muy feliz, muy agradecida en mi vida, pero toca una vena de nostalgia, de algo que ya no existe, que ya se fue, una parte de nostalgia de nuestro país, en algún lugar de nuestra historia de vida”, dijo.
Por el lado visual, la superestrella contó que el video se grabó en California bajo 115 grados de temperatura, lo que provocó que se le derritieran las suelas de las botas mientras estaba alerta a las serpientes cascabel que habitan la zona.