Los migrantes que lograron adentrarse a Estados Unidos por los terrenos de los ranchos, pero que no sobrevivieron al clima, la deshidratación, o las torturas de los cárteles mexicanos, suelen fallecer en el condado de Brooks, Texas, Estados Unidos, y en 14 años, las autoridades locales han registrado a cerca de mil cadáveres de personas que soñaban con una vida distinta en ese país.

El sheriff del condado de Brooks, Benny Martínez, explicó que desde que inició en el cargo, en 2009, tienen un registro de 964 cuerpos que han encontrado en su jurisdicción, y no descarta que algunos restos hayan quedado entre las dunas de la playa, cubiertos por la arena.

“Muchas veces los cuerpos se encuentran cuando el ganado se está moviendo, las vacas mueven la tierra y encuentran los restos de las personas”, explicó Martínez en una conferencia de prensa a periodistas del Triángulo Norte, la semana anterior, en la ciudad de McAllen, Texas.

El condado de Brooks se ubica al norte del condado de Hidalgo, en éste último se ubica la ciudad de McAllen, el poblado más cercano a la ciudad de Reynosa, México. Brooks es el condado donde los migrantes llegan caminando a través de los ranchos o granjas, cuando se han perdido en el camino o han sido abandonados por los traficantes de personas o “coyotes”.

“La responsabilidad de las muertes es, en un 100 % de los traficantes de personas”, acota Martínez, quien señala que estos mantienen a los migrantes en hacinados en casas de paso, en condiciones infrahumanas, deshidratados o enfermos, y su cuerpo empieza a deteriorarse.

“Ellos (migrantes) vienen caminando cuando su sistema no está al 100 %, mas que todo el resultado de estas muertes es por la deshidratación, resultado de haber sido rehenes de estas personas”, señala el alguacil.

Solo este año, el condado de Brooks ha localizado 45 cuerpos de migrantes, que en su mayoría son de nacionalidad salvadoreña y guatemalteca, pero cuyo proceso de identificación aún no ha terminado.

El sheriff Benny Martínez muestra una fotografía de los restos de un migrante en Brooks. /ILIANA CORNEJO
El sheriff Benny Martínez muestra una fotografía de los restos de un migrante en Brooks. /ILIANA CORNEJO

¿Qué hacen con los cuerpos?

Según el sheriff Benny Martínez, el condado de Brooks tiene una morgue donde mantiene los cuerpos mientras hacen el proceso de identificación.

Cuando localizan un cuerpo o los restos de este, Martínez dice que tratan de recopilar todos los elementos que ayude a su identificación. “Si vemos que el cuerpo tienen las manos en buen estado, hacemos el proceso de tomar huellas”, añade.

Luego establecen comunicación con los consulados, generalmente de Guatemala, Honduras, El Salvador y México, con quienes se reunen mensualmente para tratar el tema y comparar muestras de huellas, a través del Programa del Migrante Desaparecido que tiene la Patrulla Fronteriza.

Al encontrar a sus familias, a través de huellas o chequeos de ADN, las autoridades estadounidenses propician los procesos de repatriación a través de los consulados y cancillerías de cada país.

Martínez hizo un llamado a las familias que buscan un desaparecido en la frontera, a que hagan los procesos a través de los consulados y cancillerías, quienes tienen los contactos con las agencias de la ley en Estados Unidos; porque afirma que muchos acuden a organizaciones, que aunque cumplen un rol importante, no tienen el acceso directo a los registros oficiales.

Los cuerpos que no son identificados son entregados a la Universidad Estatal de Texas, quienes también tienen morgues y se encargan de hacer procesos de identificación.

“De los cuerpos que están en la Universidad de Texas, tenemos identificados de 250 a 300 cuerpos, estos cuerpos van a mantenerse ahí hasta que sean identificados totalmente”, añadió Martínez.

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