Los agentes relatan que cientos de migrantes son abandonados en las riberas por los traficantes o “coyotes” en distintas zonas, a lo largo de unos 80 kilómetros de terreno que custodian.
La cifra de detenidos ha descendido en comparación a años pasados, según el jefe del CBP en McAllen, David Deanda, quien aseguró que el año anterior rondaba los 1,000 arrestos al día.
Las personas migrantes irregulares que son detenidas dentro de territorio estadounidense son detenidas y sometidas al procedimiento del Título 8, desde mayo cuando llegó a su fin el Título 42.
Bajo el Título 8, las personas pueden ser detenidas y tener una deportación rápida a su país de origen, luego de tener una prohibición para entrar a Estados Unidos por cinco años, además, tiene el riesgo de enfrentar un proceos penal por cruzar la frontera de forma ilegal.
“Aquí pasan en balsa, ponen como 10 o 15 en balsa y así cruzan en estas áreas”, relató ayer Deanda. Las orillas del afluente tienen huellas de ese paso, y albergan los restos de flotadores utilizados por los migrantes, muchos de ellos centroamericanos, para intentar cruzar hacia Estados Unidos.
La patrulla fronteriza mantiene vigilado el lado estadounidense del río, a través de patrullajes en agua, con alrededor de 45 barcos, solo en el área de la estación de McAllen, cámaras de seguridad instaladas en globos que flotan en las cercanías, y cámaras en el muro ubicado a unos dos kilómetros del afluente.
“Pueden verse en todo el día (los migrantes), pero hay más gente en la tarde o noche; todo depende del coyote, el coyote manda cuándo y dónde van a pasar”, añadió el vocero de la Oficina de Aduanas y Patrulla Fronteriza de Estados Unidos, Rod Kise.
La ciudad de McAllen está ubicada en el estado de Texas, al sur de Estados Unidos, y colinda con la ciudad de Reynosa, estado de Tamaulipas en México, uno de los pasos más buscados por los migrantes irregulares, debido a que es el paso más próximo al país del sueño americano.
Sin embargo, ese paso más cercano tiene como frontera natural el río Grande, llamado así del lado estadounidense, y nombrado Bravo del lado mexicano.
Los riesgos
La pasividad del río Grande es una falacia usada por los traficantes de personas, para convencer a los migrantes de cruzar hacia Estados Unidos; bajo ella, esconde peligros que han dejado a miles muertos en su intento de cruzar.“Las corrientes pueden ser muy peligrosas, porque si te metes en el agua y una corriente te agarra, te puede llevar por abajo, más lejos y más hondo”, explicó Kise.
Y aunque el río Grande tiene lugares donde es poco profundo no es el caso en McAllen, dónde la profundidad oscila entre 1.5 y nueve metros, dependiendo de la ubicación.
Otros riesgos a los que migrantes se enfrentan son los animales que usualmente atacan a los humanos en la zona, entre ellos jabalíes, serpientes, gatos de mote, y en el río, mismos cocodrilos, lagartos y una especie de tortugas de grandes dimensiones que se alimentan de carne.
Hasta octubre de 2021 en el sector del Valle del Río Grande, 508 personas sufrieron un incidente y fueron rescatadas por la Patrulla Fronteriza, otras 949 fueron rescatadas en el mismo sector, según el sitio web del CBP.