Esta misa marca el cierre de una semana de fiestas del patrono de San Salvador, donde feligreses de diferentes partes del país viajan a la capital, así como acuden funcionarios de diferentes instituciones.
El arzobispo José Luis Escobar Alas pidió a los feligreses orar por la “transfiguración de nuestro país según el querer de Dios” y por revertir la historia “en favor de nuestro pueblo pobre, que tanta injusticia ha sufrido”.
El líder de la Iglesia católica recordó que el pueblo salvadoreño ha sufrido sucesivas crisis, incluyendo una ola de violencia que dejó luto a cientos de familias en las últimas décadas. “Parece casi superada”, añadió, pero aún hay retos que asumir para que no se repita.
El primer paso “si queremos revertir la historia” consiste “en el mejoramiento de los procedimientos legales para evitar el encarcelamiento de inocentes y para obtener la pronta liberación de los inocentes encarcelados”, señaló.
Los feligreses portaban sombrillas, toallas o abanicos por el calor. / E del Cid
Escobar Alas también abogó por que los culpables cumplan su sentencia, pero que no sean “sujetos de venganza”. Para él, el proceso debe incluir atención espiritual y psicológica, así como procurar someterlos a “buenas lecturas” y jornadas de estudio, sin dejar de lado las actividades de trabajo.
Inversión y prevención.
Además de la prevención de la violencia, el jerarca católico consideró que el segundo paso para reducir los índices de pobreza pasa por invertir con urgencia en la reparación y modernización de la infraestructura escolar y de salud pública.“Reconocemos los esfuerzos hechos últimamente, pero no son suficientes, porque desde el principio nuestro sistema de salud pública ha sido precario”, añadió.
Escolar Alas abogó nuevamente por un esquema de pensiones que asegure una jubilación digna, además de un sistema de leyes que “diga un nunca más a la corrupción y a la impunidad”.