Según el gobierno, la mercadería tenía un valor cercano a los $70,000. Carlos Núñez, director de Fosalud, aseguró que durante los decomisos se impusieron multas a los propietarios por la venta sin el permiso, cuyas infracciones llegan hasta los 10 salarios mínimos del sector comercio e industria.
Fredy Alberto Funes, director de Salud Ambiental del Ministerio de Salud, aseguró que se realizan inspecciones a nivel nacional para verificar que los comercios tengan los permisos y licencias de comercialización.
“En aquellos establecimientos que no cumplen con la normativa se realizan una serie de acciones, entre ellas el decomiso del producto y subsecuentemente los procesos administrativos sancionatorios”, aseguró.
Las empresas dedicadas a la distribución de tabaco se han quejado en años anteriores de que el exceso de burocracia en la entrega de los permisos para la comercialización incentiva el contrabando. Se estima que al menos 35 de cada 100 cigarrillos consumidos en El Salvador corresponden a marcas no registradas.
Los empresarios del sector estiman que Santa Ana, San Miguel, La Libertad y San Salvador son los departamentos donde más se consumen los cigarrillos ilegales, por porcentajes que van desde el 48 % hasta el 37 % de contrabando.
Usualmente, el cigarrillo de contrabando ingresa por puntos fronterizos no controlados con Guatemala. Las marcas no registradas más frecuentes en mercados o tiendas de barrios son Modern (China) y Pine (Corea del Sur). Estas marcas no pagan impuestos al fisco salvadoreño.