“Él (Óscar) está bastante mal de salud y aún está laborando, pero él ya no tiene la capacidad para estar dando clases o atendiendo alumnos, porque sufre de muchas enfermedades y no me han querido ayudar”, manifestó la esposa de Óscar, Marlene de Carranza a Diario El Mundo.
Marlene expuso que su esposo lleva más de siete años padeciendo de arritmia cardíaca, diabetes y gastritis, sin embargo, en los últimos cuatro años a causa de una convulsión, complicó seriamente su condición, siendo imposible que continúe con sus labores.
“En 2019 tuvo una convulsión y desde entonces en lugar de mejorar ha ido empeorando, en 2021 le quitaron un dedo del pie debido a la diabetes y hace dos semanas estuvo ingresado de máxima urgencia en el Hospital ‘Nuestra Señora de Fátima’ de Cojutepeque”, detalló la esposa.
En estos cuatro años, Marlene explicó que las dolencias de Óscar desarrollaron una gastritis crónica erosiva, además de hipertensión postural y está en espera de resultados para descartar un cáncer de estómago y otros exámenes para confirmar si padece insuficiencia renal.
“Lo que más quisiera es que a él (Óscar) lo pudieran incapacitar y le pagaran su sueldo, pues él no es que no quiera trabajar, mi esposo está muy grave de salud. Lo que yo más deseo es que mi esposo pueda jubilarse y le den su indemnización”, expresó la señora Marlene.
La gastritis erosiva se trata de un proceso de carácter corrosivo, normalmente agudo, que lesiona el tejido mucoso gástrico generado por debilitamiento de las defensas de dicha mucosa y suele manifestarse por hemorragias gástricas.
Dicho padecimiento lleva a que el maestro no logre digerir los alimentos adecuadamente y vomite, además de fiebre, dolor en los huesos y la incapacidad de permanecer de pie mucho tiempo.
“No ha mejorado nada, está peor y estoy preocupada porque la mayor parte del día pasa vomitando, no puede estar sentado o de pie, solo pasa en cama y ya el jueves se acaba la incapacidad que le habían dado”, señaló.
De acuerdo con Marlene, su esposo cuenta con cobertura de Bienestar Magisterial, sin embargo, indicó que la respuesta dada por el médico regente es que “no podía ayudarnos en nada para que le den su retiro laboral, que los que tenían que hacer eso eran los médicos que lo ven en Cojutepeque”, citó.
La ley del Instituto Salvadoreño de Bienestar Magisterial detalla que “el instituto tendrá por objeto brindar el servicio de asistencia médica hospitalaria, cobertura de riesgos profesionales y demás prestaciones que esta ley expresa” en beneficios de los docentes del sector público.
Negligencia médica
La familia Carranza expuso que existe una negligencia médica por parte de los médicos del Hospital de Cojutepeque, debido a que no realizan estudios especializados para la condición médica que presenta el docente, lo que hacen es referir de médico a médico sin tener avances.“Los médicos han sido bastantes negligentes porque las veces que hemos ido a pasar consulta y exámenes de un mes a otro, ya no se acuerdan de que son los exámenes y le preguntan que tiene y es como si nunca lo hayan visto y nunca se queda en nada”, expuso la esposa del maestro.
Asimismo, explicó que en las consultas el paciente termina siendo regañado por los doctores y algunas de las “indicaciones” dadas ha sido el consumo de sal “porque tal vez está bajo de sodio” y de sopas de una marca específica, pese a los problemas de gastritis.
Agregó que dejan exámenes, pero estos deben ser realizados en San Salvador por “falta de cupo”, según lo indicado por los médicos a Marlene, en el cual se añaden gastos de viaje.
El señor Carranza es quien lleva el sustento a la casa, debido a que la esposa desde que empezó a agravar la condición hace cuatro años, se dedica a su cuidado.
¿Apoyo del ministerio?
A pesar de todo, la señora Marlene se ha convertido en “el bastón” de su esposo durante este periodo, intentando contactar con el Ministerio de Educación para solicitar el apoyo de la entidad a obtener el retiro por enfermedad de don Óscar.Sin embargo, aseveró que la única respuesta dada es que deben comunicarse con las Oficinas Departamentales de Educación, quienes son los encargados de solventar lo expuesto.
“Hace poco puse una queja al Ministerio de Educación y lo que me contestaron fue que me fuera para la departamental y fuimos, pero ahí por gusto, lo que dijeron fue que eso no ella con ellos”, declaró Marlene.
Agregó que la última vez que fue a la Departamental de Sensuntepeque, el año pasado la trataron mal y no brindaron mayor información, sino que se limitaron a decir que ellos no se encargaban de esos casos.