De rojo y con látigos de cuero en las manos, así salieron 55 Talcigüines de la parroquia San Esteban de Texistepeque, en el departamento de Santa Ana este Lunes Santo, listos para "purgar los pecados", de los habitantes de lugar y turistas que llegaron a presenciar la lucha entre el bien y el mal.

La tradicional danza inició a las 8:00 de la mañana, luego de una misa y el despliegue de los " hombres rojos endiablados", el significado de Talcigüín en nahuat.

"La idea es una que trajeron los españoles, se trata del bien siempre va a vencer al mal y es una danza que se hace en cada esquina a principios de la tradición, solo eran cuatro Talcigüines, que representaban los 4 puntos cardinales y Jesús", relató don Walter Salguero a Diario El Mundo. Esta tradición ya lleva más de 50 años y aunque hubo un tiempo donde se dejó de hacer, fue retomada por don Urbano Sandoval.

"Esta tradición de quitar los pecados a las personas, a través del sacrificio por los riendazos, porque es un sacrificio aguantar los riendazos, que son fuertes los riendazos que dan, la gente se va contenta y satisfecha", explica el párroco de Texistepeque, Hilario Morán.

Actualmente la danza se hace en 10 cuadras, en cada una se representa una tentación y la representación de Jesús vence a un Talcigüín en cada una.

"Este (Jesús) busca en cada esquina que salga el Talcigüin, el Talcigüin hace una danza en zigzag porque no puede ir de frente hacia Jesús, cuando llegan a la esquina hacen tres cruces, que son las tres tentaciones que tuvo Jesús en el desierto, luego comienza a buscar alrededor queriendo tentarlo, pero no puede, pero cae vencido a los pies de Jesús; Jesús por misericordia pasa sobre él y lo limpia de los pecados que anda este hombre endemoniado, pero, vuelve a recaer como todo ser humano y durante tres horas, pasan tres veces haciendo ese mismo drama hasta que al final los vence a todos y los entra a la iglesia", narra don Walter Salguero.

El orgullo de ser Talcigüín

Óscar Sandoval tiene 20 años de ser parte del grupo de los Talcigüines de Texistepeque y para él es un orgullo. Este Lunes Santo fue acompañado por el más pequeño de los Talcigüines, su hijo, Sebastián Sandoval, de 4 años de edad. De igual forma, y con el mismo orgullo, René Pérez dice sentirse orgullo de formar parte de la centenaria tradición.

"Lo que más resaltamos es que el bien va a triunfar sobre el mal, y las tentaciones que Jesús sufrió en el desierto", explica Pérez.

Pero para formar parte de este grupo no basta con querer, según Pérez, deben perseverar durante 10 años como judíos, los jueves y viernes santo. Luego, la persona puede escalar como Talcigüín.

"Este es un día especial para mí, no por los latigazos sino por lo espiritual, se siente bien, veo muchas personas que vienen por devoción. Toman a bien que, si le damos un latigazo, sus pecados son perdonados", añadió Pérez.

La danza de los Talcigüines es una tradición que solo ocurre los Lunes Santo, para recordar que Jesús venció al mal.