El Instituto Nacional General Francisco Morazán (INFRAMOR) de San Salvador solicita ayuda para deshacerse de químicos que están en las instalaciones del centro educativo.
“El Central de señoritas” pide ayuda a las autoridades para desplazar los químicos, que en su momento fueron ocupados para prácticas de laboratorios, y que se encuentran desde 1950, porque pone en riesgo la salud de los docentes y las alumnas. Las autoridades del instituto tienen 18 años tratando de desocupar el centro educativo de dichas sustancias.
Según el director de la Institución, Germán Juárez, la necesidad del desalojo de los químicos es para adquirir nuevos materiales para las prácticas, sin embargo, se les ha dificultado porque no existe una institución que se encargue de dicha tarea.
“Solicitamos al Ministerio de Medio Ambiente (en 2022) que sería el encargado de esto, entonces ellos nos prometieron únicamente venir y hacer la evaluación con los técnicos de ellos, para ver la mejor forma de la disposición final, pero no la disposición final como tal, el desalojo como tal, porque ya eso solo son empresas privadas”, dijo el docente.
Además, afirmó que la entidad gubernamental solamente podía otorgar propuestas de empresas para el desalojo, pero que los gastos tendrían que correr por parte del centro educativo, situación que provoca el retraso para deshacerse de los químicos, pues los costos son muy altos.
Riesgo a la salud
También, Juárez manifestó que tanto los docentes como las estudiantes corren el riesgo de enfermarse por las sustancias que se encuentran en el laboratorio.“La encargada de laboratorio, la que tenía a cargo el mecanismo de adquisición de esos productos, cada vez que iba siempre venía con problemas en la piel, por eso es que eso está aislado, a las bodegas de los laboratorios no se deja acercarse a las estudiantes”, explicó Juárez.
Picazón en la piel, cuero cabelludo y ojos irritados son algunos síntomas que docentes y alumnas han experimentado al estar en contacto con las sustancias. “Cada vez que yo entraba y salía como que tenía animales en el cuerpo, me rascaba los brazos, las piernas, alguna reacción alérgica tenía a alguno de los químicos que estaban ahí”, afirmó la subdirectora del central de señoritas, Iris Ramos.
Ramos igualmente expresó que como institución buscaron a la Universidad de El Salvador, en el 2008, para el desalojo de los químicos del INFRAMOR, no obstante, solamente llegaron a etiquetarlos y ordenarlos.
Entre los químicos más reconocidos que se encuentran en las bodegas de la institución están los ácidos sulfúricos, nitrito y cloruro de sodio, esto según el director del centro educativo, sin embargo, la lista de todas las sustancias es de aproximadamente 127 al interior del laboratorio de química y 54 en el de biología, de acuerdo al último inventario hecho por el INFRAMOR.
Entre estos están el Amoníaco purísimo, Carbonato de plomo II, Mercurio, Benceno, Ácido esteárico, entre otros. De acuerdo a la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos, la exposición prolongada de una persona con el Mercurio puede provocar diferentes síntomas, entre ellos: temblores, insomnio, cambios neuromusculares jaquecas, cambios emocionales, entre otros.
Soluciones
Ante esto, el encargado de la Gerencia de Residuos sólidos y peligrosos del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN), Carlos Grajeda, dijo que una de las soluciones es que el centro educativo done las sustancias a instituciones legalmente establecidas de educación superior que cuenten con instalaciones designadas para el desarrollo de prácticas de análisis químicos.“Esta alternativa está orientada al aprovechamiento de las sustancias químicas, promoviendo su reutilización, evitando la generación de desechos peligrosos y la disposición final de las sustancias”, agregó Grajeda. No obstante, las autoridades del instituto afirmaron no ser informadas de esta opción.
Igualmente, expresó que, al no poder efectuarse dicha opción, otra elección sería “la contratación de personas naturales o jurídicas con permiso ambiental para brindar los servicios de tratamiento y disposición final de materiales peligrosos”. Alternativa al la que el INFRAMOR no puede optar por la falta de recursos económicos.
Ante esta situación las autoridades del Instituto Nacional General Francisco Morazán solicitan ayuda de forma altruista a empresas privadas para poder desalojar los químicos alojados en el centro educativo.
