Zonas montañosas del norte de Chalatenango y los poblados de la zona sur de la Cordillera del Bálsamo, al igual que regiones montañosas del norte de Morazán y La Unión, por ahora están considerados como zonas de alto riesgo de deslizamientos y deslaves, debido a los niveles de lluvia acumulada que han alcanzado durante las últimas 24 horas.

El ministro de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Fernando López, indicó este jueves que en esta zonas “ya tenemos valores máximos hasta del 80 %” de humedad en el suelo, lo que representa un riesgo de deslizamiento en esta regiones donde la geografía esta compuesta de empinadas y paredones.



López llamó a mantener la vigilancia de las zonas vulnerable, y advirtió que el resto del país también representa un riesgo ya que “en donde menos se tiene” humedad en el suelo alcanzan niveles de “40 % a 50 %” de saturación.

El funcionario dijo que en áreas como la cordillera de El Bálsamo desde Sonsonate hasta La Libertad “ya estamos acercándonos a los 1,751 milímetros de lluvia hasta este día, por lo tanto ya podemos decir que vamos muy por encima del promedio de ese año”.

Según los registros de acumulación en las últimas horas los fuertes aguaceros han ocurrido en la Cordillera del Bálsamo, Comasagua, Cordillera de Apaneca-Ilamatepec,“igualmente en el volcán de Conchagua, el Gran San Salvador, Citalá, y la zona de El Imposible.

“La mayor precipitación nos ha caído desde la Cordillera del Bálsamo hacia el sur de San Salvador, La Libertad, Sonsonate y Ahuachapán. También la zona de Santa Ana y Concepción de Oriente en el departamento de La Unión”, aseguró el titular de Medio Ambiente.


López insistió que que las condiciones del clima continuarán con mañanas nubladas, tardes y noches con tormentas eléctricas durante las próximas 48 horas. Aclaró también que las actuales condiciones no están relacionadas con ningún sistema en la región centroamericana, sino a humedad que impulsa la Zona de Convergencia Intertropical desde el Pacífico.

E insistió que estas condicines climáticas agravan las posibilidades de desbordamientos en el río Grande de San Miguel, la cuenca alta y baja del río Lempa “y en los ríos Goascorán, Grande de Sonsonate y Jiboa”.