El mes de agosto terminaba ese miércoles y había una serie sísmica en La Unión, razón por la que muchos pobladores se alarmaban. Era 1859, 34 años desde la fundación de la República salvadoreña. El entonces ya Diario Oficial de la época, La Gaceta, recoge que los cielos salvadoreños se tiñeron de rojo desde las 11:00 de la noche del miércoles 31 de agosto hasta las 3:00 de la mañana del 1 de septiembre.
Este relato está transcrito en la edición de La Gaceta del 3 de septiembre de 1859, reproducido por laflotilla-aerea.com, escrito por Mario Alfaro, el cual explica el Evento Carrington en El Salvador, la gran tormenta solar que causo auroras polares en la mayoría del mundo y que causó daños en los avances tecnológicos de la época: el telégrafo.
Según un artículo de National Geographic, la devastadora tormenta solar de 1859 inició el 28 de agosto.
"Durante la mañana del 1 de septiembre de 1859, el astrónomo inglés Richard Carrington pudo ver una explosión de luz blanca en la superficie del Sol. Entonces apuntó su telescopio hacia el astro rey desde el jardín de su casa londinense para intentar estudiar las oscuras y extrañas manchas que recorrían su superficie. De repente, mientras observaba, Carrington vio dos enormes llamaradas de luz blanca que despidieron una energía equivalente a más diez mil millones de bombas atómicas. Cinco minutos después habían desaparecido, pero 17 horas más tarde los efectos de aquellas llamaradas se harían visibles en la Tierra provocando la tormenta solar más violenta registrada en nuestro planeta en los últimos 500 años", dice NetGeo.
Pero volviendo a El Salvador, así lo consignó La Gaceta: "En la noche un fenómeno raro ha puesto en movimiento al vecindario, como a las once comenzó a iluminar una luz roja todo el espacio comprendido desde el Norte hasta el Oeste elevándose la iluminación hasta 30º sobre el horizonte y presentando así una perspectiva hermosísima".
El relato señala que en La Unión, el reflejo del cielo enrojecido se reflejó en el mar "y parecía sangre". Añadió que a las 3:00 de la mañana se levantó una nube densa al oriente que pintó el cielo como de fuego.
"El calor subió hasta los 90º Fahrenheit (32.2º centígrados). La población no durmió, pues asustada por los temblores atribuyó fácilmente este hermosísimo meteoro a la erupción de un volcán”, dice el relato.
En San Salvador también fue observado el fenómeno, "La luz roja era tan viva que las tejas y las hojas de los árboles boles parecían ensangrentadas”, añade. El fenómeno fue visto entre el 2 y 3 de septiembre de 1859.
Este 10 de mayo de 2024, una nueva tormenta solar ocurre en nuestro sistema solar. La llegada de material ha provocado la visualización de auroras boreales y australes en lugares inusuales, pero no en El Salvador.
